Prueba el auténtico mole poblano, sube una pirámide ancestral con vistas a volcanes y recorre las coloridas calles de Puebla, todo acompañado de una guía local que conoce cada rincón y leyenda.
La luz del sol iluminaba justo las talaveras mientras paseábamos por el centro histórico de Puebla; esos azules y blancos parecían brillar sobre las paredes de piedra. Nuestra guía, Ana, nos mostró una pequeña panadería escondida detrás de la catedral, donde el aroma de conchas recién hechas se escapaba a la calle. Nunca había visto tantos domos de iglesias juntos; cada uno parecía contar su propia historia. La Capilla del Rosario estaba más tranquila de lo que esperaba para un sábado, pero se escuchaba un leve eco de órgano desde el interior. Nos metimos en un mercado en la Calle 6 Oriente, donde los vendedores ofrecían mole en todos los tonos de marrón que puedas imaginar. Aquí se te va el tiempo sin darte cuenta; siempre hay un patio o una fachada de azulejos que te atrapa la mirada.
Cholula se sintió diferente desde el principio: más relajada, con estudiantes charlando afuera de pequeñas cafeterías y familias paseando frente a murales. Subir la Gran Pirámide no fue tan difícil como parecía (aunque mis piernas no estuvieron de acuerdo al final). ¿La vista? Una mezcla increíble: volcanes a lo lejos, campanas de iglesias sonando abajo y esa iglesia amarilla brillante—Nuestra Señora de los Remedios—posada justo sobre piedras milenarias. Ana nos contó cómo los locales siguen celebrando festivales que mezclan tradiciones antiguas con las españolas. Si prestas atención cerca de los túneles de la pirámide, escucharás músicos callejeros afinando para las multitudes de la tarde. Al caer la tarde, llegaron nubes que refrescaron el ambiente—un alivio después de tanto caminar.
Generalmente toma unas dos horas por trayecto, dependiendo del tráfico al salir de la ciudad.
Caminarás por los centros históricos y subirás la pirámide de Cholula, así que lo mejor es llevar zapatos cómodos.
No incluye comidas, pero tendrás muchas oportunidades para probar comida local en mercados o cafés durante el recorrido.
El tour es apto para familias; los bebés deben ir en el regazo de un adulto o en asiento especial si está disponible.
Tu lugar incluye transporte desde y hacia tu hotel en Ciudad de México, traslado en van con aire acondicionado y una guía amigable que te contará historias que no encontrarás en ningún folleto.
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