Si buscas sabores auténticos de Oaxaca—pan fresco, mezcal ahumado—y tiempo para disfrutar las vistas salvajes del valle en Hierve el Agua sin multitudes ni prisas, este tour es ideal. Conocerás gente local y probarás cosas que no encontrarás en los lugares turísticos.
El día comenzó temprano frente al Jardín Etnobotánico, fácil de reconocer por sus cercas de cactus y los vendedores ambulantes que empezaban a preparar tamales. Nuestro guía, Diego, nos recibió con una sonrisa y nos contó rápidamente qué esperar. La van era cómoda para nuestro grupo pequeño; nada de peleas por el espacio. Al salir de la ciudad, el aire olía a humo de leña y tortillas recién hechas en los puestos de la carretera. Son unos 40 minutos hasta Tlacolula de Matamoros, pero el tiempo pasó volando mientras Diego señalaba detalles curiosos, como por qué las montañas se ven azules con la luz de la mañana.
La primera parada fue una panadería pequeña, escondida tras una puerta verde desgastada. El panadero nos ofreció pedazos de pan de yema, pan amarillo y pan de cazuela—suaves, dulces y aún tibios. Nunca había probado un pan así; seguro querrás repetir (yo sí). Después de otro corto viaje—ya con las ventanas abajo porque el calor subía—llegamos a Hierve el Agua. Las pozas minerales brillaban en un turquesa pálido contra los acantilados. Algunos se animaron a bajar hasta la cascada petrificada; yo solo metí los pies en el agua y vi a los niños locales chapotear. Al mediodía el viento se levantó, trayendo una mezcla extraña de salvia y piedra mojada.
Comimos en un buffet cercano—sin manteles elegantes, pero con mole negro y tlayudas apiladas a montón. La mayoría de los locales repitieron plato; yo probé chapulines por primera vez, crujientes y sabrosos. Después de comer demasiado, nos fuimos a una destilería familiar de mezcal. El dueño nos mostró cómo se tuestan los corazones de agave en hornos de humo antes de molerlos con una rueda de piedra tirada por caballo. Probar el mezcal directo del barril no tiene nada que ver con lo que se consigue en casa—es más terroso y casi picante. Ya por la tarde, todos reíamos más fuerte en el camino de regreso a Oaxaca Centro.
El almuerzo suele costar entre 200 y 250 MXN por persona (unos 10-13 USD), según lo que comas o bebas en el buffet.
¡Sí! La entrada a las pozas está incluida—solo lleva tu traje de baño y quizás sandalias para caminar por las piedras.
Claro, es ideal para familias. Solo ten en cuenta que los bebés deben ir en el regazo de un adulto durante el transporte.
El buffet normalmente tiene muchas opciones vegetarianas como quesadillas, frijoles, arroz, ensaladas y salsas—pero avisa a tu guía si tienes alguna dieta especial.
Tu transporte desde Oaxaca Centro está incluido (van privada), además de la entrada a las pozas de Hierve el Agua. Tendrás degustaciones guiadas de panes locales y varios mezcales en una destilería tradicional—todo en grupo pequeño para que no haya prisas ni aglomeraciones.
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