Entrarás en una casa antigua de Tokio para vivir un taller real de chado—beberás té de sakura, probarás el intenso matcha koicha y aprenderás a preparar usucha con la guía amable de Mika. Prepárate para momentos de concentración, risas por la espuma irregular y sabores nuevos para ti. Hay una extraña comodidad en compartir dulces con desconocidos sobre tatamis; quizá salgas pensando distinto sobre el silencio.
Apenas nos quitamos los zapatos cuando Mika-san nos recibió—su voz suave pero segura, como si lo hiciera mil veces. La casa olía a madera antigua y un toque floral (quizá el té de sakura que nos ofreció de inmediato). Recuerdo lo torpe que fui intentando hacer la reverencia correcta. Había un silencio amable en la habitación de tatami, roto solo por el roce de los calcetines sobre las esteras y el zumbido de un móvil antes de que alguien lo silenciara.
Mika puso un video corto sobre el chado—la verdad, no estaba seguro de seguir toda la historia, pero sus explicaciones ayudaron. Nos mostró cómo cada movimiento en la ceremonia tiene un significado. Cuando intenté sentarme en el suelo, mis rodillas crujieron tan fuerte que Mika sonrió y me ofreció una silla. ¿El matcha? El koicha era denso y con un amargor herbáceo, nada que ver con el que sirven en las cafeterías. Primero probamos unos dulces diminutos—formas delicadas que daba miedo tocar, y mucho menos comer.
Sigo pensando en ese momento de silencio para la meditación. Afuera, unos cuervos graznaban sobre los tejados y la luz se colaba por las puertas de papel. Parecía que el tiempo se estiraba diferente allí dentro. Preparar mi propio cuenco de usucha (matcha más ligero) fue más difícil de lo que parecía—la espuma me quedó desigual, pero Mika solo asintió y dijo “buen corazón”. No sé si era verdad, pero me lo quedo.
Sí, no se necesita experiencia; Mika guía paso a paso a todos.
Degustarás té de sakura, matcha koicha (fuerte) y usucha (ligero).
Sí, durante la ceremonia se incluyen tres tipos de dulces japoneses.
No, hay sillas disponibles si no te sientes cómodo en el tatami.
El taller está pensado para mayores de 10 años.
En una casa japonesa de los años 40 cerca del transporte público; la dirección exacta se da tras reservar.
No incluye traslado; debes llegar directamente en transporte público.
Evita minifaldas o pantalones ajustados; se requieren calcetines dentro del salón de té.
Tu experiencia incluye una taza de bienvenida de té de flor de cerezo, dos tipos de matcha (koicha y usucha), tres dulces japoneses para probar, y la instrucción práctica de Mika Soka Haneishi, todo en una casa tranquila de Tokio de los años 40 donde se pide usar calcetines sobre los tatamis.
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