Entrarás a una cocina acogedora cerca del templo Sensoji para hacer sushi con un instructor local. Prueba hacer nigiri y maki, ríete de las formas imperfectas y disfruta tus propias creaciones. No es solo aprender, es sentir esa calidez única que solo Tokio ofrece.
Apenas bajamos del metro en Asakusa, el aroma a arroz dulce y salsa de soja me envolvió — está por todos lados alrededor del templo Sensoji, pero esta vez se sentía como una invitación. Nuestra clase de sushi estaba escondida tras una calle iluminada por faroles, y la verdad, estaba nervioso por arruinar el arroz. Nuestra instructora, Yuki, nos recibió con esa reverencia suave que ves en las películas (pero en persona se siente más cálida). Nos hizo lavar las manos y luego nos mostró cómo prensar el arroz justo en su punto — ni muy fuerte ni muy flojo, o terminas con un pegote. Mi primer rollo parecía un burrito torcido. Yuki solo sonrió y dijo: “¡Es tu estilo!”, y todos nos reímos.
La cocina era luminosa y olía ligeramente a vinagre y pescado fresco — no era fuerte, más bien un toque que me abrió el apetito. Aprendimos a hacer nigiri y maki juntos con una pareja de Melbourne que no paraba de dejar caer las algas (yo también se me cayó la mía; es más difícil de lo que parece). En un momento intenté decir “kampai” bien antes de probar nuestras creaciones — Li se rió cuando lo dije en mandarín en vez de japonés (definitivamente lo arruiné). Había algo reconfortante en comer lo que habías hecho con tus propias manos, especialmente rodeado de desconocidos que de repente ya no lo parecían tanto.
No esperaba sentirme tan orgulloso de mis rollos irregulares. Quizá fue la forma en que Yuki explicó cada paso o cómo contó historias de su abuela enseñándole cuando era niña. Al final, todos estábamos mostrando nuestros platos para las fotos (los míos seguían torcidos pero sabían perfectos). Si buscas cosas que hacer en Tokio que realmente te queden grabadas, esta clase de sushi es una de esas pequeñas alegrías que sigo recordando cuando estoy en casa — sobre todo ese momento en que todos nos quedamos en silencio para el primer bocado.
La clase se lleva a cabo en Asakusa, a pocos pasos del templo Sensoji.
Sí, no se necesita experiencia; el instructor te guía en cada paso.
Sí, el instructor habla inglés y da instrucciones claras durante toda la clase.
Todos los ingredientes necesarios para hacer sushi están incluidos en la reserva.
Pueden asistir bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y carriolas.
Sí, se permiten animales de servicio en este lugar.
Aprenderás a hacer nigiri y sushi enrollado (maki) durante la sesión.
El lugar es fácil de acceder en transporte público, cerca del templo Sensoji en Asakusa.
Tu experiencia incluye todos los ingredientes frescos para nigiri y maki, instrucción práctica con un guía local que habla inglés, y tiempo para disfrutar tu comida hecha a mano antes de volver a las animadas calles de Asakusa.
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