Recorrerás los rincones más tranquilos de Venecia con un guía local, probando cicchetti en antiguos bares de vino, degustando vinos regionales y descubriendo por qué los dulces venecianos son únicos. Prepárate para risas por platos mal pronunciados, historias sobre los lugares favoritos de Casanova y comida suficiente para saciarte hasta la cena — o más.
El bullicio alrededor del Mercado de Pescado de Rialto era inconfundible — podía oler el mar y algo dulce, tal vez café, que salía de una cafetería. Nuestro guía, Marco (movía las manos como si dirigiera el tráfico), nos recibió con un espresso y unos pasteles tan delicados que casi se me caen. En un momento, alguien derramó azúcar en la manga y se rió — a nadie le importó. Los locales en la barra ni levantaron la mirada; estaban demasiado concentrados discutiendo de fútbol en dialecto veneciano.
Entramos en un bacaro que Marco dijo que Casanova solía frecuentar. No sé si será verdad, pero las vigas de madera parecían tan antiguas que uno quiere creerlo. De pie, codo a codo con venecianos comiendo cicchetti — pequeños bocados con anchoa y cebolla en vinagre — intenté pronunciar “sarde in saor” correctamente. Marco sonrió y me corrigió (dos veces). El vino lo servían directamente de un grifo detrás de la barra. Tenía un sabor intenso pero perfecto para el lugar, especialmente después de tantos bocados salados.
Perdí la cuenta de cuántas paradas hicimos — había otra pastelería familiar donde el dueño nos contó cómo Venecia importaba azúcar hace siglos. Me dio algo espolvoreado con canela y piel de naranja; todavía recuerdo ese sabor cuando paso por una pastelería en casa. En un momento, nos sentamos a comer pasta y pescado tan fresco que casi sabía a la laguna misma (en el mejor sentido). Alguien preguntó si después de este tour por Venecia volveríamos a tener hambre — sinceramente, creo que no por un buen rato.
El tour incluye al menos 13 degustaciones en varias paradas.
Sí, disfrutarás de una comida sentada en un restaurante local como parte de la experiencia.
Sí, se sirven vinos locales en varias paradas junto con las degustaciones de comida.
El tour dura aproximadamente 3 horas.
Se pueden adaptar las dietas si avisas al menos 24 horas antes de la salida.
No incluye recogida en hotel; el punto de encuentro es en un lugar designado en Venecia.
El grupo suele ser de hasta 15 personas, aunque puede llegar a 19 en temporadas altas.
Sí, es accesible para sillas de ruedas, aunque puede que necesites pases para los ferris en los cruces de canales.
Tu día incluye un guía local experto que comparte historias detrás de cada plato mientras recorres los barrios de Cannaregio y San Polo. Visitarás entre siete y ocho bares y restaurantes para probar cicchetti, dulces, quesos y embutidos regionales, además de mucho vino veneciano — todo incluido en el precio. Si aún tienes hambre al final, siempre hay más comida; solo pregunta a tu guía antes de terminar esta aventura en grupo reducido.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?