Manos a la obra en una auténtica cocina romana, aprende técnicas centenarias de pizza con un chef local y ríe mientras disfrutas vino ilimitado y horneas tu propia Margherita en el horno de leña más antiguo de Prati. Termina con tiramisú casero y vete con las manos llenas de harina y alguna historia para contar.
Lo primero que noté fue el crujido intenso de aquel horno de leña antiguo — está escondido al fondo de este pequeño restaurante en Prati, y la verdad, ya podía oler esa corteza ahumada antes de ponernos el delantal. Nuestro chef (se presentó como Marco) tenía harina en la camisa y una sonrisa que decía “esto va a ser bueno”. Nos enseñó a estirar la masa, ni muy fina ni muy gruesa — mi primer intento parecía más un mapa de Sicilia que una base de pizza. Marco solo guiñó un ojo y dijo: “Es estilo romano”. Me encantó.
Aprendimos algo llamado mozzatura — parece que es una técnica de hace 600 años para cortar mozzarella. La palabra es divertida de decir, aunque seguro la pronuncié mal. Había algo muy relajante en moldear el queso con las manos mientras todos charlaban a mi alrededor. El ambiente estaba cálido (no solo por el horno), y se escuchaba el tintinear suave de las copas al servir otra ronda de vino. No suelo beber mucho al mediodía, pero bueno, cuando en Roma…
Meter la pizza en ese horno ancestral fue una mezcla de nervios y emoción — tienes que usar una pala larga y mover rápido o perderás los ingredientes por el camino. El aroma al salir: tomates dulces, bordes tostados y albahaca marchitándose justo como debe ser. Nos sentamos todos juntos a comer lo que hicimos; la mía estaba un poco torcida pero sabía perfecta. El tiramisú de alguien salió impecable y se rió cuando intentamos copiar su técnica para las capas — el mío se desarmó un poco pero sabía a nubes de café.
Me sigo acordando de esa tarde — la harina en mis manos, las historias de Marco sobre su abuela haciendo masa al amanecer. No fue nada pretencioso ni preparado; solo buena comida, nuevos amigos y un pedacito de la vida romana que puedes saborear.
La clase se lleva a cabo en un restaurante muy querido en el barrio Prati de Roma.
Sí, incluye vino y refrescos junto con la comida.
Un chef local dirige el taller y te guía en cada paso.
Aprenderás la mozzatura, un método de hace 600 años para cortar mozzarella.
Sí, prepararás tu propia pizza Margherita y la hornearás en el horno de leña más antiguo de Prati.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del restaurante.
Sí, es adecuada para todos los niveles de condición física.
Tu experiencia incluye hacer pizza con un chef local en Prati usando su histórico horno de leña; disfrutarás vino y refrescos ilimitados junto a tu pizza Margherita casera y terminarás con tiramisú fresco antes de volver a explorar la ciudad.
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