Prepara dos tipos de pasta fresca desde cero en la cocina de una casa en Padua, guiado por una cocinera local que comparte historias familiares. Brinda con prosecco en un aperitivo italiano y termina con tiramisú casero y muchas risas—una experiencia gastronómica que recordarás mucho después.
Al entrar, la cocina olía a café y harina—la verdad, ya tenía hambre. Nuestra anfitriona, Lucía, nos llamó con una cuchara de madera y dijo: “¡Pónganse los delantales!” Éramos solo seis alrededor de su mesa, con el sol entrando por la ventana y un gran bol lleno de huevos. Nunca había intentado estirar masa para pasta; es más pegajosa de lo que imaginaba, pero se vuelve divertida cuando le agarras el truco.
Nos reímos mucho—sobre todo cuando mis tagliatelle parecían más cordones de zapato que fideos. Lucía sonrió y me mostró otra vez, sus manos se movían rapidísimo. Nos contó cómo su abuela hacía esta misma receta cada domingo. El prosecco estaba frío y burbujeante, y había platitos con aceitunas y queso para picar mientras cocinábamos. Alguien preguntó por los secretos del tiramisú, y Lucía guiñó un ojo: “Todo está en el café.”
Aún recuerdo el sonido de todos charlando mientras comíamos la pasta recién hecha—el vapor subiendo, un poco de parmesano por todos lados. El tiramisú sabía más ligero que cualquiera que haya probado (quizá por tanto batido). No parecía una clase, sino como si nos hubieran invitado a almorzar a casa de alguien. Si buscas una experiencia auténtica de vino o cocina privada en Padua, esto es justo lo que quieres.
Sí, no necesitas experiencia—la anfitriona te guía paso a paso y te ayuda si te atascas.
La clase es pequeña—normalmente entre 6 y 12 personas—para que todos puedan participar activamente.
Sí, incluyen agua, vinos locales, café y un aperitivo italiano con prosecco.
La experiencia se lleva a cabo en una casa local cuidadosamente seleccionada cerca del centro de Padua; los detalles se comparten tras reservar.
Tu tarde incluye todos los ingredientes para dos tipos de pasta y tiramisú, un aperitivo italiano con prosecco y picoteo para empezar, vinos locales durante la comida, café para el postre y mucha ayuda de tu amable anfitriona—todo en la acogedora cocina de una casa en Padua.
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