Degustarás cuatro vinos italianos en el centro de Como mientras un sommelier local comparte historias y sirve generosas copas junto a mozzarella fresca, prosciutto y quesos. Risas, sabores nuevos y momentos donde el tiempo se detiene mientras disfrutas y escuchas. Relajado pero inolvidable — perfecto para sentirte parte de Como por una tarde.
Casi paso de largo — está justo detrás de la muralla antigua de Como, y desde fuera no imaginarías que adentro huele a pan tostado y algo terroso, ¿quizás aceite de trufa? Marco, nuestro sommelier, nos recibió como si fuéramos viejos amigos. Tiene una manera de hablar del vino que te dan ganas de olerlo todo dos veces, hasta la servilleta. No esperaba reír tanto en una cata, pero ahí estábamos, bromeando sobre cómo todavía no sé pronunciar “Nebbiolo” sin trabarme.
La primera copa era de un dorado pálido y, sinceramente, pensé que sería fuerte, pero resultó suave — Marco explicó el porqué (algo sobre el suelo cerca del Lago de Como, aunque me distraje con el aroma de la mozzarella de búfala recién cortada). Probamos cuatro vinos en total, cada uno acompañado de algo salado o cremoso de la tabla: prosciutto crudo que se deshacía en la boca y un queso que aún sueño con probar. Hubo un momento de silencio tras la tercera copa — no incómodo, sino concentrado. Se escuchaba el zumbido de una Vespa afuera y risas que resonaban por el callejón.
Me gustó que Marco no nos apurara. Contaba historias sobre sus bodegas favoritas — no solo datos, sino detalles como que un productor siempre usa calcetines rojos para la suerte. Todo duró como hora y media, ¿quizás? Perdí la noción; el tiempo parecía ir más lento ahí dentro. Si buscas una cata en el Lago de Como que sea casual pero especial (sin ser formal), esta es la ideal. Aunque no sepas mucho de vino — o seas como yo y elijas botellas por la etiqueta — te sentirás como en casa.
Sí, todas las áreas, incluidos los baños, son accesibles para sillas de ruedas.
Probarás entre 4 y 5 vinos italianos diferentes durante la sesión.
Sí, incluye una selección de productos típicos italianos como prosciutto crudo, mozzarella de búfala y quesos.
Se lleva a cabo en el centro de Como, a pocos pasos de la muralla antigua.
Un sommelier profesional local te acompaña en cada maridaje de vino y comida.
La experiencia dura alrededor de 1.5 horas, sin prisas.
Sí, hay opciones de transporte público muy cerca del lugar.
Sí, es apto para todos los niveles físicos excepto para personas embarazadas.
Tu tarde incluye entre cuatro y cinco copas de vinos italianos seleccionados, acompañados de prosciutto crudo, mozzarella de búfala y quesos regionales — todo guiado por un sommelier local amable en pleno centro de Como. El lugar es accesible para sillas de ruedas y fácil de llegar en transporte público.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?