Recorre los mercados más animados de Atenas con un guía local, probando koulóuria recién horneados y dulces loukoumades en panaderías centenarias. Degusta quesos y aceite de oliva en el Mercado Varvakeios antes de compartir mezedes en tabernas de Psiri. Termina el día con un souvlaki clásico: risas, barriga llena y antojos nuevos garantizados.
Casi pierdo el punto de encuentro en la Plaza Monastiraki porque me distraje con un tipo vendiendo gafas de sol falsas — típico. Nuestra guía, Eleni, ya agitaba su cartel de “Athens Walks The Food Tour” junto a la iglesita. Me sonrió cuando le pedí disculpas por llegar tarde (me dijo que perderse en Atenas es parte del viaje). Empezamos probando koulóuria — esos aros de pan con sésamo que parecen sencillos pero saben a hogar, aunque no seas griego. Calientes, blanditos, con ese toque a nuez. Nos avisó que comiéramos despacio porque “esto recién empieza”, y pensé que era la típica frase de guía. Pero no.
La siguiente parada fue una pastelería que lleva más años que mis abuelos — loukoumades (esas bolitas bañadas en miel) y cuadrados de hojaldre rellenos de crema. Intenté pronunciar “bougatsa” y Eleni se rió, diciendo que me salió más turco que griego (ups). Caminando por la calle Aiolou, pasamos junto a señores jugando backgammon en las terrazas y de repente el aire cambió — olía a café tostado y algo herbal que no logré identificar. Evripidou es un festival de aromas: orégano seco, quesos fuertes saliendo de las ventanas, y hasta un toque de vinagre flotando por ahí.
Dentro del Mercado Varvakeios el ruido era brutal — pero de esos que contagian energía. Pescaderos gritando precios, cuchillos golpeando madera, gente regateando por aceitunas. Probamos de todo: feta tan salada que se deshacía en la mano, aceitunas que te hacían la boca agua durante minutos. En un puesto nos dieron aceite de oliva en cucharitas; picaba un poco la garganta (¿eso es bueno?). Después llegó el yogur con miel, tan espesa que se pegaba a la cuchara y nos dejó callados un rato.
Cuando llegamos a Psiri, mi estómago ya pedía tregua pero Eleni insistió: había que probar mezedes auténticos en una taberna escondida. El vino apareció de la nada (bueno, ella lo sirvió), y en un momento desconocidos estábamos riendo juntos entre platos de crema de queso picante y verduras a la parrilla. El broche final fue el souvlaki — gyros de pollo o cerdo bien envueltos con papas dentro (yo elegí cerdo). Debería haberme dosificado, pero la verdad, cero arrepentimientos. Todavía sueño con ese primer bocado cuando me da hambre en casa.
El tour comienza en la Plaza Monastiraki, junto a la entrada de la pequeña iglesia.
El recorrido dura unas 4 horas.
No, el tour no incluye recogida; te encuentras con el guía en la Plaza Monastiraki.
Probarás koulóuria, loukoumades, hojaldres rellenos de crema, empanadas, quesos, yogur con miel, cata de aceite de oliva, mezedes, vino y gyros de souvlaki.
Sí, los vegetarianos son bienvenidos en este tour.
No, en este tour no se pueden ofrecer opciones sin gluten.
Sí; durante las degustaciones se incluyen café o té y vino.
El recorrido pasa por Plaza Monastiraki, calle Aiolou, calle Evripidou, Mercado Varvakeios y el barrio de Psiri.
Tu día incluye todas las degustaciones: koulóuria recién horneados para desayunar; loukoumades y hojaldres rellenos en pastelerías históricas; empanadas saladas y quesos; paradas para café o té; cata de aceite de oliva, vinagres añejos y miel; platos de mezedes con vino en una taberna local; y para cerrar, gyros de souvlaki antes de regresar a Monastiraki. ¡No necesitarás almorzar después de esto!
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