Recorre las calles serpenteantes de Montmartre probando baguettes premiadas, ostras con vino blanco fresco, quesos artesanales con mermelada y pasteles de panaderos legendarios. Con un guía local y paradas espontáneas en negocios familiares, disfrutarás sabores, historias y esas vistas de la ciudad que se quedan contigo mucho después.
“¿Sabes qué hace que una baguette sepa mejor?” sonrió Camille, nuestra guía, mientras arrancaba un pedazo justo frente a la panadería. “Ganar el premio a la mejor baguette de París tres años seguidos.” Nos pasó rebanadas aún tibias — corteza crujiente, miga suave y casi dulce. Podía oler la harina en mis dedos mientras un señor mayor detrás de nosotros asentía con aprobación (¿será cliente habitual?). Apenas empezaba el tour gastronómico por Montmartre y ya deseaba no haber desayunado.
Subiendo por la Rue Lepic, Camille saludó al dueño de la carnicería — al parecer se conocen desde niños. Nos coló adentro para probar un pâté en croûte, intenso y con un toque de pimienta, luego entramos a una pequeña quesería. El quesero nos insistió en probar su cabra favorito con mermelada de frutas (“solo un poco,” dijo en inglés, pero su guiño decía todo lo contrario). Todavía recuerdo ese bocado salado y cremoso. La palabra clave aquí es tour gastronómico Montmartre, pero la verdad se sentía más como pasear con amigos que algo formal.
En la brasserie — familiar desde 1889 — probamos cuatro tipos de ostras (mis favoritas fueron las salinas de Bretaña) acompañadas de un vino blanco frío que cortaba el sabor a mar. El personal bromeaba con Camille en francés rápido; entendí una palabra de cada diez. Más tarde, alguien estiró aligot en nuestra mesa hasta que parecía seda de queso — la gente aplaudió de verdad. Y luego llegaron los dulces: choux à la crème tan ligeros que desaparecieron en dos bocados, macarons de un “Picasso de la pastelería” (palabras de Camille), y un chocolate que sabía… más profundo, no sé cómo explicarlo. Tenía las manos pegajosas en la Place du Tertre, donde los pintores montan sus caballetes bajo el sol de la tarde.
No esperaba interesarme por molinos o viñedos en París, pero ver el Clos Montmartre escondido entre casas me hizo querer quedarme más tiempo. Cuando llegamos al Sacré-Cœur y contemplé esas vistas de la ciudad — todo dorado y techos — me di cuenta de que no había mirado el móvil en horas. Si buscas una excursión por Montmartre con comida, vino y auténticas historias del barrio (con recogida si la necesitas), este es el plan.
El tour suele durar entre 3 y 4 horas mientras caminas y pruebas en diferentes paradas por Montmartre.
Sí, todas las degustaciones, desde panadería, charcutería, quesos, mariscos con vino, hasta pasteles y chocolates están incluidas.
No, no incluye recogida en hotel; los participantes se reúnen en un punto específico de Montmartre para comenzar el tour.
No, este tour no es apto para veganos ni personas con alergias a lácteos debido a la naturaleza de la cocina francesa que se ofrece.
Verás la Basílica del Sacré-Cœur y disfrutarás de vistas panorámicas durante el recorrido por Montmartre.
Los niños pueden participar; los bebés pueden ir en cochecito, pero las bebidas alcohólicas solo se sirven a mayores de 18 años.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de Montmartre para facilitar la llegada o salida tras tu excursión.
Tu día incluye paseos guiados por los rincones más sabrosos de Montmartre: paradas en panaderías premiadas para baguette y pain au chocolat; charcutería en una carnicería de confianza; degustación de quesos en una quesería artesanal; mariscos con vino francés en una brasserie histórica; especialidades regionales como aligot preparado en la mesa; dulces de los mejores pasteleros; y las historias de tu guía local experto en cada parada.
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