Recorrerás los barrios más antiguos de Madrid con una guía bilingüe que comparte historias que no encontrarás en ninguna guía. Degusta croquetas en una taberna de 1860, prueba jamón junto a la Plaza Mayor y termina con paella y sangría en un restaurante local favorito. Es un plan informal, animado y a veces un poco caótico — saldrás lleno de comida y recuerdos.
Ya iba con retraso — típico en mí — cuando me di cuenta de que había dejado el paraguas en el hotel. El cielo amenazaba lluvia, pero nuestra guía, Marta, se encogió de hombros y dijo: “Si llueve, comemos dentro.” Así empezó todo: nada de formalidades, solo locales mostrándonos su Madrid. Empezamos cerca de la Puerta del Sol, donde el aire olía a masa frita y a cigarrillos (seguro alguien estaba comiendo churros). Marta nos contó la tradición de las doce uvas en Nochevieja; intenté repetir la frase en español y la lié parda. Ella sonrió y me corrigió — eso me relajó un poco.
La primera parada de tapas fue una taberna diminuta de 1860. Barra de madera vieja, azulejos desgastados. Sus croquetas estaban tan calientes que me quemaron la lengua, pero por dentro eran tan cremosas que no me importó. Había un señor mayor en la barra leyendo El País en voz alta para nadie en particular. Después paseamos por la Plaza Mayor — llena de arcos y ecos — donde Marta señaló unos grafitis de hace décadas. En el siguiente bar (creo que lo llamó “el sitio del jamón”), probamos jamón español con queso manchego y una cerveza servida con una espuma perfecta. El camarero nos guiñó un ojo al servirla; quizás sabía que éramos turistas, pero no le importó.
Perdí la noción del tiempo mientras caminábamos: plazas del siglo XVI, historias del XIX sobre estatuas en azoteas cerca del Palacio Real. Hubo un momento en la Plaza de la Villa donde todo se quedó en silencio salvo alguien tocando la guitarra cerca — no para nosotros, solo para sí mismo. La cena fue en un restaurante cerca del punto de partida: paella con un sabor ahumado y profundo, más tapas (perdí la cuenta) y sangría que se bebía sola. Alguien en la mesa derramó su chupito después de cenar, pero a nadie le importó; todos nos echamos a reír.
El tour dura aproximadamente 3,5 horas.
Sí, incluye vino, sangría, cerveza y chupitos tradicionales de licor castellano.
Incluye degustaciones en varios puntos y una cena sentada con paella.
Visitarás Puerta del Sol, Plaza Mayor, Plaza de la Villa y la zona del Palacio Real.
Sí, hay opciones vegetarianas si las solicitas al reservar.
No, no incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
Los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; la edad mínima para beber es 18 años.
Tu noche incluye un recorrido guiado por un anfitrión local bilingüe por las calles históricas del centro de Madrid, con paradas en tabernas familiares para probar croquetas y jamón español acompañados de vino o sangría, antes de sentarte a disfrutar paella y chupitos tradicionales castellanos juntos, terminando cerca del punto de inicio.
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