Manos a la obra en una cocina auténtica de Madrid, aprende paso a paso la paella con chefs locales, disfruta vinos españoles sin fin y comparte una cena de cinco platos en una gran mesa. Risas, nuevos amigos y sabores que quedan para siempre.
Lo primero que recuerdo fue el descorche del cava — ese chisporroteo que rebotaba en las paredes de azulejos mientras nos poníamos los delantales. Madrid se sentía más vivo que nunca esa tarde, como si la ciudad nos animara a equivocarnos un poco para divertirnos. Nuestra chef, Marta, sonreía mientras me entregaba una copa y me señalaba mi puesto. El aroma del aceite de oliva calentándose llegó rápido, mezclándose con el toque del manchego y el jamón en la tabla de embutidos (confieso que me comí la mitad antes de empezar a cortar).
No esperaba reír tanto con unas cebollas. Marta tenía esa manera de relajar a todos — corregía cómo sostenías el cuchillo o contaba alguna historia sobre las paellas de su abuela, guiñando el ojo como si compartieras un secreto familiar. Mi pareja intentó darle la vuelta a un aro de calamar y terminó en el suelo; a nadie le importó, salvo quizá al perro que apareció desde algún rincón. Siempre había otra copa de verdejo lista. Todo parecía menos una clase y más una fiesta en la cocina de alguien.
Cuando finalmente nos sentamos en la gran mesa (esa con sillas desparejadas), escuchaba la lluvia golpear afuera, pero dentro sólo había voces animadas — gente comparando sus paellas de marisco, pasando cestas de churros, chocando copas una y otra vez porque “sin límite” era en serio. Aún recuerdo esa mousse de crema catalana — suave, cítrica, desaparecida en un suspiro. Es curioso cómo compartir comida hecha por uno mismo hace que los desconocidos se sientan menos extraños. Al salir a la calle mojada, olía a azafrán en la manga y pensé: sí, repetiría sin dudar.
La clase dura varias horas, incluyendo la preparación y la comida en grupo; el tiempo exacto depende del ritmo del grupo.
Sí, durante la clase puedes preparar diferentes tipos de paella, como de mariscos, pollo o vegetariana.
Sí, incluye vino español ilimitado con cinco variedades diferentes (espumosos, blancos y tintos).
La experiencia incluye entrantes como gazpacho y tabla de embutidos, además de postres como mousse de crema catalana y churros con chocolate.
Sí, los chefs profesionales te guían paso a paso, no se necesita experiencia previa.
No incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
Los bebés pueden asistir si están en brazos o cochecito; también se permiten animales de servicio.
Tu día incluye instrucción práctica con chefs profesionales en el centro de Madrid, todos los ingredientes para varios tipos de paella casera (incluyendo opciones vegetarianas), cuatro entrantes para picar mientras cocinas, dos postres elaborados por el chef en la cena y vino español ilimitado de cinco variedades — desde espumoso hasta tinto — todo compartido en una mesa común antes de salir a la noche.
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