Camina por los viñedos de Mendoza con una copa en mano, prueba Malbec directo de tanques de acero y barricas en Tierras Altas, y comparte risas con locales que saben del tema. El aire fresco de la bodega subterránea se siente distinto tras el sol, y esos sabores te quedarán grabados mucho después de irte.
Llegamos a Bodega Tierras Altas, a las afueras de Mendoza, y la verdad, todavía sacudía el polvo de los zapatos después del viaje. El lugar no presume, simplemente está ahí, rodeado de viñas y ese cielo azul intenso típico de Luján de Cuyo. Nuestra guía, Lucía, nos entregó las copas al instante (sin queja) y nos llevó entre hileras de uvas Malbec. Nos mostró cómo cambia la tierra en apenas unos pasos: algunas partes casi arenosas, otras pesadas y oscuras. Intenté imaginar cómo sería cosechar bajo ese sol; hace más calor de lo que parece.
Dentro de la bodega, olía a acero y algo dulce, ¿fruta fermentándose tal vez? Paramos junto a unos tanques enormes donde Lucía nos dejó probar vino joven directo del grifo. Estaba más frío de lo que esperaba y algo crudo, si se puede decir así. Nos explicó que aquí solo usan acero inoxidable antes de que el vino pase a la bodega subterránea. Mi amigo intentó preguntar por la maquinaria en español, pero confundió “uva” con “uva pasa”—Lucía se rió y dijo que hoy no probaríamos pasas.
Lo mejor fue bajar a la bodega subterránea. El aire cambió al instante: más fresco, húmedo, casi en silencio salvo por el eco de nuestros pasos junto a filas de barricas de roble apiladas contra muros de piedra. Probamos Malbec otra vez, esta vez directamente de una barrica. Tenía un sabor más intenso, o quizás era el momento. Había una mesa larga donde nos sentamos un rato; nadie tenía prisa. Todavía recuerdo ese silencio y cómo cambia el vino cuando lo disfrutas bajo tierra.
Está en Luján de Cuyo, a solo unos kilómetros de Mendoza.
Sí, durante la visita se realizan varias catas de vino.
Sí, hay una cata directamente de una barrica de roble en la bodega subterránea.
No se menciona almuerzo como parte de esta experiencia.
Los bebés y niños pequeños pueden acompañar, pero no participar en las catas; la edad mínima para beber es 18 años.
No se menciona traslado desde el hotel; consulta disponibilidad al reservar.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Tu día incluye recorridos guiados por viñedos y bodega en Tierras Altas, varias catas de Malbec (directo de tanques de acero y barricas), y mucho tiempo para charlar con tu guía local mientras disfrutas el ambiente único de los viñedos de Mendoza antes de regresar por tu cuenta.
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