Recorrerás los arrozales de Sapa con un guía local, compartirás comidas caseras en una familia Hmong, dormirás en una verdadera casa rural con vistas a las montañas y volverás en transporte privado—prepárate para botas embarradas y sonrisas auténticas en el camino.
Mai nos esperaba al borde del pueblo de Sapa, saludando bajo su paraguas desgastado. Se rió cuando intenté decir “Xin chào” — debí sonar como un pato perdido. El aire olía a humo de leña y tierra mojada, y comenzamos a andar junto a los arrozales donde los búfalos de agua nos miraban como viejos vecinos. Los primeros kilómetros fueron suaves, con colinas tranquilas, pero Mai no dejaba de señalar pequeños detalles: un rincón con jengibre silvestre aquí, la cometa de un niño enredada en el bambú allá. Es curioso cómo empiezas a fijarte en todo cuando alguien local te guía la mirada.
Almorzamos en la casa de la familia de Mai, escondida entre terrazas que parecían pintadas en la ladera. Ayudamos a cortar verduras sobre un fuego bajo mientras su madre me enseñaba cómo debe quedar el arroz pegajoso — ni muy blando ni seco (yo aún lo hice mal). La cocina se llenó de vapor y risas, y la verdad, no esperaba sentirme tan bienvenido tan rápido. Después de comer juntos, seguimos subiendo — esta parte fue lo suficientemente empinada para que me ardieran las piernas — y bajamos por un bosque de bambú donde la luz era verde y silenciosa. Ya entrada la tarde llegamos a nuestro alojamiento. Las camas eran sencillas pero limpias, y la vista desde la ventana... todavía la recuerdo a veces.
La mañana siguiente empezó despacio — gallos a lo lejos, niebla fresca pegada a todo. Desayunamos té caliente y algo dulce hecho con maíz (olvidé el nombre; Mai se burló de mí por eso). Caminamos a nuestro ritmo por más aldeas; los niños saludaban desde las puertas, los perros ladraban sin ganas. No había prisa. Por la tarde un taxi nos recogió para volver a Sapa. Recuerdo sentirme cansado pero en paz… como si me hubieran dejado entrar en un secreto que la mayoría de turistas no descubre.
El primer día son unos 14 km; el segundo día la distancia es flexible según el grupo.
Sí, el transporte privado incluye recogida y regreso al pueblo de Sapa.
Pasarás la noche en una casa familiar Hmong dentro de una aldea.
Incluye cena y desayuno; además, el primer día cocinarás el almuerzo con la familia anfitriona.
Se recomienda un nivel medio de forma física por algunas subidas empinadas.
El grupo mínimo para reservar es de dos personas.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de Sapa si lo necesitas.
Sí, durante todo el tour tendrás agua y refrescos incluidos.
Tu experiencia incluye transporte privado desde Sapa, todas las comidas—cena, desayuno y almuerzo cocinado con la familia anfitriona—alojamiento en una auténtica casa Hmong rodeada de arrozales, además de agua y refrescos durante el trekking, y regreso en taxi por la tarde.
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