Vive la energía de Saigón de cerca: historia en el Palacio de la Reunificación, incienso en la Pagoda del Emperador de Jade, sabores locales en el almuerzo y la aventura de recorrer los túneles de Cu Chi con tu guía. No son solo lugares, sino momentos pequeños — risas con té o el silencio bajo tierra — que se quedan contigo para siempre.
Confieso que casi me echo para atrás al intentar meterme en el primer túnel de Cu Chi. La entrada parecía un agujero por donde solo pasaría un gato, no una persona que acababa de comer mucho pho. Pero nuestra guía, Thao, sonrió y dijo: “No te preocupes, cabes”. Su risa me relajó. Esa misma mañana en Ho Chi Minh, nos había señalado las marcas de balas que aún se ven en las puertas del Palacio de la Reunificación. No esperaba sentir escalofríos solo por estar frente a un edificio.
La ciudad es un bullicio constante: scooters por todos lados, gente vendiendo mangos en cestas colgadas de bambú. En la Oficina Central de Correos (que parece más una estación de tren que un lugar para sellos), un anciano escribía postales con una caligrafía preciosa; me guiñó un ojo cuando me vio mirándolo. La Catedral de Notre Dame estaba más tranquila de lo que imaginaba, a pesar de los turistas tomando fotos. En la Pagoda del Emperador de Jade, el aroma a incienso se quedó pegado en mi ropa por horas, dulce y ahumado. El almuerzo fue un menú fijo (con opciones veganas) y, sinceramente, después de tanto arroz y tofu con hierba limón, solo quería echarme una siesta.
El viaje hasta los túneles de Cu Chi da para dormir un poco si tienes suerte con el tráfico. Al llegar, Thao nos mostró un video en blanco y negro sobre cómo los aldeanos construyeron los túneles — niños ayudando a cavar a la luz de una vela. Leer sobre la guerra es una cosa; estar agachado bajo tierra donde la gente se escondía, cocinaba y trataba de no ser atrapada, es otra muy distinta. Mis rodillas protestaron, pero valió la pena. En un momento nos dieron tapioca con sal de maní — lo que comían los combatientes ahí abajo — tenía un sabor terroso y curiosamente reconfortante.
Aún recuerdo ese instante de silencio al salir de los túneles: todos parpadeando bajo el sol, sacudiendo el polvo rojo de los pantalones. Thao nos sirvió té caliente justo ahí, bajo los árboles. Nos contó que su abuelo luchó cerca, pero nunca le gustó hablar mucho del tema. Eso me impactó más que cualquier museo.
El tour dura todo el día, incluyendo los puntos clave de la ciudad y el traslado a los túneles de Cu Chi.
Sí, incluye un almuerzo vietnamita con menú fijo y opciones veganas.
Todos los boletos a las atracciones mencionadas están incluidos en el precio.
Sí, el traslado desde y hacia hoteles en los distritos 1, 3 y 4 está incluido.
Sí, los niños pueden unirse, siempre acompañados por un adulto.
Los túneles pueden ser difíciles para quienes tienen problemas cardiovasculares o movilidad limitada.
Se sirve tapioca con té vietnamita caliente como parte de la experiencia.
El recorrido incluye Palacio de la Reunificación, Museo de los Restos de la Guerra, Catedral de Notre Dame, Oficina Central de Correos, Mercado Ben Thanh y Pagoda del Emperador de Jade.
Tu día incluye traslado desde y hacia hoteles en el centro de Ho Chi Minh, entradas a lugares clave como el Palacio de la Reunificación y la Pagoda del Emperador de Jade, guía en inglés con experiencia para la ciudad y los túneles, almuerzo vietnamita con opciones veganas, seguro de viaje para tu tranquilidad, agua fría y toallitas húmedas durante el trayecto, y hasta un snack tradicional de tapioca con té caliente en Cu Chi antes de volver a la ciudad.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?