Vive de cerca la cerámica auténtica de Bat Trang: visita fábricas en funcionamiento, entra en un horno ancestral, recorre callejones escondidos y aprende alfarería con artesanos locales que te guían en cada paso.
La mañana estaba fresca cuando nos encontramos en el 62 de Hang Hom, en el casco antiguo de Hanoi. Nuestro guía nos recibió con una sonrisa rápida y una botella de agua, siempre útil para el viaje a Bat Trang. Son solo unos 40 minutos, pero el ruido de la ciudad desaparece rápido al cruzar el río Rojo. Al llegar al pueblo, ya se percibía el aroma a barro y humo de leña que salía de los talleres.
La primera parada fue la Fábrica de Esmaltes. Dentro, los trabajadores se movían en silencio entre estantes llenos de cuencos y jarrones a medio terminar. Nuestro guía nos explicó cada paso: cómo moldean el barro crudo, lo dejan secar justo lo necesario, luego lo cuecen antes de esmaltarlo. Pude tocar una pieza antes y después del esmalte; la diferencia es sorprendente. El horno es ruidoso y caliente, y ese golpe profundo al cerrar la puerta del horno se queda grabado.
Después visitamos el antiguo horno de leña, el LÒ BẦU CỔ. Tiene más de 200 años y entrar fue como adentrarse en una cueva. Aún se ven las manchas de hollín en los ladrillos por tantas hornadas. Nuestro guía nos contó historias de cómo las familias se reunían aquí en grandes producciones, a veces trabajando toda la noche si la lluvia amenazaba las piezas secándose afuera.
El almuerzo llegó justo a tiempo: platos sencillos vietnamitas en un pequeño local del pueblo (el tofu frito estaba crujiente y perfecto). Luego, nos perdimos por las calles más tranquilas de Bat Trang. Lejos de las multitudes, estos callejones estrechos serpentean entre casas antiguas donde los locales charlan en los umbrales o venden dulces de arroz en carritos diminutos. Sin nuestro guía, me habría perdido seguro.
La última parada fue mi favorita: un taller de cerámica hecho a mano donde todo se moldea y pinta artesanalmente. Probamos a darle forma al barro en el torno, un poco desordenado pero muy divertido, y pintamos nuestras propias tacitas para llevar (la mía quedó torcida, pero me encanta). El equipo fue paciente incluso cuando casi se me cae la pieza un par de veces. Ya por la tarde, estábamos de vuelta en Hanoi con barro bajo las uñas y nuevas historias que contar.
¡Claro! El recorrido es tranquilo y accesible para sillas de ruedas. A los niños les encanta la clase de alfarería, se ensucian pero se divierten mucho.
¡Sí! Te llevarás a casa tu propia pieza de cerámica hecha a mano como recuerdo de Bat Trang.
Usa ropa cómoda que no te importe ensuciar un poco (la alfarería puede ser desordenada) y lleva protector solar si hace sol.
Incluye un almuerzo tradicional vietnamita, con platos sencillos como tofu, verduras, arroz y a veces cerdo o pollo a la parrilla, según lo que haya fresco ese día.
El tour incluye transporte ida y vuelta desde el casco antiguo de Hanoi, todas las entradas, agua embotellada durante el día, un guía local en inglés que conoce Bat Trang a fondo, tu clase práctica de alfarería con materiales, y el almuerzo en el pueblo. Todo organizado para que solo disfrutes y crees.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?