Entra en una bodega de Bordeaux para un tour íntimo con un sommelier local. Prueba vinos de reserva familiar acompañados de panes y quesos artesanales, explora las bodegas de roble y disfruta de un almuerzo relajado con nuevos amigos — todo en una tarde tranquila que recordarás mucho después del viaje.
No esperaba sentirme tan a gusto en un lugar que huele a roble tostado y pan recién horneado. El trayecto desde Bordeaux fue tan corto que apenas terminé mi café, pero al entrar en la fresca entrada de piedra de la bodega, parecía que habíamos llegado a un sitio más tranquilo — casi como si el tiempo se ralentizara un poco. Nuestra guía, Camille, nos recibió con una sonrisa sencilla y un chiste sobre cómo ni siquiera los locales pueden pronunciar algunas de las viejas variedades de uva. Yo lo intenté (fallé), y ella se rió mientras me ofrecía un trozo de pan aún tibio de su cocina.
Al caminar por la bodega, casi podías escuchar cómo crujían un poco las barricas al acercarte — o tal vez fue mi imaginación. Camille nos contó que cada vino aquí tiene su propia historia, algo que sonaba poético pero que cobró sentido cuando los probamos. La reserva familiar tenía ese toque terroso, como hojas mojadas después de la lluvia (sé que suena raro, pero funcionaba). También había quesos y unas croquetas pequeñas — la verdad, perdí la cuenta de qué salsa iba con cuál después de la segunda copa. A nadie pareció importarle.
¿Lo mejor? Que no hubo prisas. Nos sentamos alrededor de una larga mesa de madera mientras la luz del sol entraba de lado por ventanas polvorientas, y la gente empezó a compartir historias de sus pueblos. En un momento alguien preguntó si se podía llevar botellas a casa — resulta que puedes elegir tus favoritas en la tienda justo ahí. Sigo pensando en ese último sorbo de tinto; se quedó más tiempo del que esperaba. Así que sí, si buscas un tour privado de vino en Bordeaux que sea cercano (y con comida incluida), este es probablemente el indicado.
La visita suele durar entre 2 y 3 horas, incluyendo el recorrido guiado y la cata.
No, no se incluye recogida directa; los visitantes suelen organizar su propio transporte hasta la bodega.
Sí, ofrecen panes artesanales, quesos y salsas aptas para vegetarianos.
Las familias son bienvenidas; los bebés y niños pequeños pueden usar cochecitos durante la visita.
Se recomienda reservar con anticipación ya que los cupos son limitados en cada sesión.
Tu experiencia incluye un tour guiado por la bodega con un sommelier local, catas exclusivas de vinos de reserva familiar acompañados de panes artesanales, quesos, embutidos y croquetas — además de tiempo para explorar la tienda y llevarte tu botella favorita antes de regresar a la ciudad.
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