Recorre siglos en la Ciudad Vieja de Estambul—párate bajo la cúpula de Santa Sofía, entra descalzo a la Mezquita Azul, pasea por los patios del palacio y piérdete entre colores y voces en el Gran Bazar. Un guía local hará que las historias cobren vida mientras disfrutas sonidos, aromas y pequeñas sorpresas en el camino.
Para ser sincero, no esperaba sentirme tan pequeño al entrar en Santa Sofía. Nuestro guía, Selim, nos esperaba justo afuera del hotel (nos había enviado un mensaje antes, muy útil) y al pisar bajo esa enorme cúpula, me quedé mirando hacia arriba como un niño. El aire estaba fresco y un poco cargado, como el olor de los libros antiguos. Selim nos contó sobre los mosaicos—algunos detalles dorados que brillaban con la luz de la mañana—y bromeó diciendo que incluso los locales descubren cosas nuevas cada vez que vienen. Intenté encontrarlos todos, pero me distraje con un grupo de niños del colegio susurrando en turco, sus voces resonando entre el mármol.
Después cruzamos a la Mezquita Azul—nos quitamos los zapatos y nos pusimos calcetines (yo había olvidado que los míos tenían agujeros). Los azulejos Iznik azules están por todos lados, pero sin ser llamativos; más bien parecen presumir en silencio. Había un leve aroma a incienso mezclado con algo floral que venía del exterior. Le pregunté a Selim si alguna vez se cansa de estos lugares y solo sonrió—dijo que su abuela lo traía aquí cuando era niño. Eso me hizo verlo con otros ojos por un momento. Paseamos por la plaza Sultanahmet, donde la gente daba de comer a las palomas y alguien tocaba un saz antiguo cerca de las ruinas del Hipódromo.
La Cisterna Basílica fue la siguiente parada—más fría de lo que imaginaba, con gotas de agua cayendo en algún lugar oculto. Allí abajo está más oscuro de lo que muestran las fotos; mi amiga intentó hacerse un selfie y casi se le cae el móvil al agua (no pasó). Esos cabezas de Medusa en la base de las columnas daban un poco de miedo en persona. Luego caminamos hacia el Palacio de Topkapi—recuerdo que me empezaron a doler los pies, pero nos distrajimos con historias de sultanes, celos y joyas más grandes que huevos.
El Gran Bazar fue el último. Es ruidoso y caótico, pero no da miedo—solo está lleno de vida, al estilo de Estambul. Los vendedores saludaban en cinco idiomas diferentes; compré té de granada después de regatear mal (Selim se rió de mi intento). Los olores a cuero y especias se me quedaron en la ropa por horas. Nos despedimos frente a uno de esos arcos—todavía recuerdo esa vista hacia Sultanahmet mientras nos íbamos, con el sol bajando detrás de los minaretes.
Es una experiencia de día completo que cubre los principales sitios históricos de la Ciudad Vieja de Estambul.
Sí, la recogida está incluida desde hoteles céntricos, alojamientos Airbnb o el puerto de cruceros Galataport.
Visitarás Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Hipódromo/Plaza Sultanahmet, la Cisterna Basílica, el Palacio de Topkapi y el Gran Bazar.
El contenido de referencia no especifica las entradas; consulta con tu proveedor antes de reservar.
Sí, es apto para todos los niveles físicos; se pueden usar cochecitos y asientos para bebés.
Hay opciones de transporte público cerca si las necesitas durante tu día en Estambul.
El contenido de referencia no especifica idiomas; confirma con tu proveedor al reservar.
Sí, la última parada es el famoso Gran Bazar con tiempo para explorar sus tiendas.
Tu día incluye guía privado por toda la Ciudad Vieja de Estambul y recogida en tu hotel o puerto de cruceros. Caminarás entre lugares emblemáticos como Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi y la Cisterna Basílica, terminando en el Gran Bazar, todo a un ritmo flexible con tu guía local antes de regresar por tu cuenta.
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