Te sentirás como en casa preparando café turco en arena en Estambul junto a locales, aprendiendo técnicas tradicionales (y probando café Menengiç), compartiendo historias con dulces y practicando la lectura de fortuna antes de llevarte tu propio set de cezve. Es una experiencia cálida, práctica y llena de momentos para recordar.
Alguien acaba de echar la primera cucharada de café molido en una pequeña cafetera de cobre cuando me doy cuenta de cuánto había subestimado el café turco. Nuestra guía —que se presentó como Elif— cuenta la historia como si fuera un chisme familiar. El aroma en la habitación es dulce y con un toque a nuez, casi ahumado por la arena caliente. Todavía no sé si lo estoy haciendo bien, pero Elif sonríe y dice: “No te preocupes, la primera taza de todos es… curiosa.” Y tiene razón. Mi mano tiembla un poco mientras revuelvo con la varilla de madera — es más difícil de lo que parece, sobre todo con todos mirando (y riendo). La arena está tibia bajo mis dedos cuando accidentalmente la toco. Es una sensación extrañamente reconfortante.
Podíamos elegir nuestra mezcla —yo opté por una fuerte, pero también había una más suave y un café Menengiç salvaje que no tiene cafeína y sabe a pistachos tostados. Nunca había probado nada igual. Pasaron platos con dulces; creo que comí más lokum que nadie en la mesa. En un momento, Elif nos enseñó a voltear la taza para leer la fortuna — se gira, se bebe un sorbo, luego se pone boca abajo y se espera a que se asiente el poso. Ella leyó la mía y dijo algo sobre viajes y “un perrito pequeño” en mi futuro (no tengo perro, pero quizá vio mi letra desordenada?).
Todo se sintió menos como una clase y más como estar en la cocina de alguien — gente charlando con sus tazas, bromeando sobre quién hizo la mejor espuma (yo no), niños corriendo con los dedos pegajosos. Nos fuimos con nuestra propia cezve y tazas envueltas en papel — sinceramente, fue raro y especial llevarlas por Estambul después. No dejo de pensar en ese aroma a café sobre arena caliente y en el silencio que cayó cuando cada uno leyó su fortuna. ¿Sabes cuando estás en un lugar nuevo pero algo te resulta familiar? Eso.
Sí, no se necesita experiencia; la guía explica cada paso con claridad.
Sí, recibirás un set de regalo con cezve, juego de tazas y café molido.
Sí, probarás café Menengiç durante el taller.
Sí, durante la sesión sirven dulces turcos de cortesía.
La actividad es familiar; bebés y niños pequeños pueden asistir con cochecito.
Sí, hay una divertida sesión de lectura usando la taza terminada.
El taller de café turco se lleva a cabo en Estambul.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar.
Tu experiencia incluye todos los granos de café turco que necesitarás (con tres mezclas para elegir), uso de equipo tradicional como cezve y sartén con arena para tostar, tu propio molinillo y varilla para practicar, báscula digital para precisión, snacks y té o café de cortesía durante toda la sesión — y te llevarás tu propio set de regalo con cezve, tazas y café molido para repetirlo en casa.
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