Si quieres descubrir Moshi más allá de las guías turísticas—mercados llenos de vida, gente local en su día a día y esas pocas pero increíbles vistas claras del Kilimanjaro—esta ruta en bici es para ti. Momentos auténticos y sabores locales en cada pedalada.
Empezamos en pleno corazón de Moshi, en One Bike Shop, fácil de encontrar a pocos pasos de la rotonda principal. El aire de la mañana olía a maíz tostado y a lluvia fresca sobre el asfalto. Nuestro guía, Joseph, revisó los cascos y nos dio una breve explicación antes de arrancar. Primera parada: el mercado de Mbuyuni. Si nunca has probado mangos recién cortados en un puesto tanzano, prepárate para mancharte los dedos. Los vendedores ya gritaban precios y cortaban piñas con destreza.
Pasear en bici por las calles animadas de Moshi se siente como sumergirse en un festival en movimiento: niños saludando, motos boda-boda zigzagueando, música que se escapa de pequeñas tiendas. Pasamos junto a la gran mezquita Rihada y el templo hindú, ambos orgullosos en esquinas opuestas. Joseph nos contó que los viernes las oraciones a veces invaden las aceras, así que conviene tenerlo en cuenta para evitar aglomeraciones.
La Torre del Reloj siempre está llena de vida, un lugar popular para selfies entre locales. Luego nos dirigimos a la antigua estación de tren, que tiene un encanto desgastado; casi puedes oír el traqueteo de los viejos trenes si prestas atención. Hicimos una pausa para fotos antes de pedalear hacia la iglesia católica romana Christian King. Las campanas suenan a horas inesperadas y al pasar sentí el aroma del incienso.
El siguiente destino fue el mercado Memorial, con filas de telas kitenge en todos los colores imaginables. No pude resistirme y compré una bufanda; el vendedor incluso me enseñó a anudarla. El tramo final nos llevó hacia el aeropuerto de Moshi. De repente, apareció ante nosotros el Kilimanjaro, con sus picos Kibo y Mawenzi asomando entre las nubes si mirabas con atención. Nos quedamos más tiempo del previsto en ese campo abierto; cuesta dejar atrás esa vista.
Es fácil hacer paradas para comer o tomar algo; Joseph sabe dónde sirven refrescos fríos o chapati caliente, según lo que te apetezca. La ruta terminó de nuevo en One Bike Shop, con las piernas cansadas pero llenos de historias para contar.
El recorrido es mayormente plano y sobre asfalto, considerado fácil. Puede unirse cualquiera que se sienta cómodo en bici, incluso si hace años que no pedalea.
Solo ropa cómoda y calzado cerrado. Nosotros proporcionamos bici, casco y agua embotellada; quizás quieras llevar algo de efectivo para snacks o souvenirs en los mercados.
¡Claro! Podemos organizar traslados desde tu hotel o lodge cercano, solo avísanos al reservar.
¡Sí! Podemos parar en cafés o puestos de comida según tus gustos, solo díselo al guía al empezar.
Te damos una bici de montaña ajustada a tu talla y un casco para tu seguridad. También incluimos agua embotellada para que te mantengas hidratado mientras exploras Moshi en bici.
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