Si quieres ver elefantes en su ambiente natural, sin trucos, y luego relajarte en el lugar para nadar del Gran Cañón en Chiang Mai, esta excursión es para ti. Tendrás historias reales de guías locales, un encuentro cercano con estos gigantes amables y tiempo para desconectar junto al agua.
Saliendo temprano de Chiang Mai, vimos cómo la ciudad se desvanecía entre colinas verdes y campos de arroz. El aire se sentía más fresco aquí—ventanas abajo, podías oler la tierra mojada y el jazmín de los puestos al borde del camino. Nuestra guía, Nok, nos contó la historia de los elefantes en Tailandia, con datos curiosos que no encontrarías en ningún cartel. ¿Sabías que los elefantes se reconocen en un espejo? Yo no.
En el hábitat de los elefantes no hay trucos de circo ni cadenas—solo elefantes siendo ellos mismos. Los vimos comiendo bambú, moviendo las orejas para espantar moscas, y una elefanta mayor se echó barro para refrescarse. Nok nos explicó que cada elefante tiene su propia personalidad; uno no paraba de empujar a su amigo para que le diera más plátanos (sí, nosotros también les dimos de comer). El lugar transmitía paz—sin multitudes, solo nuestro grupo pequeño y el suave sonido del bosque.
Después de un almuerzo tailandés sencillo (el pollo salteado con albahaca fue mi favorito), nos dirigimos al Gran Cañón de Chiang Mai. No es lo que imaginas—una antigua cantera convertida en zona para nadar, con acantilados rojos y agua azul fresca. Algunos se lanzaban desde las rocas al lago; yo me quedé flotando, mirando libélulas rozar la superficie. Aquí se respira tranquilidad, con locales tomando el sol y niños riendo cerca. Nos fuimos con los zapatos embarrados, la piel calentada por el sol y unas cien fotos de elefantes.
¡Sí! Los niños pueden venir e incluso ir en cochecito si es necesario. Solo hay que vigilar a los más pequeños cerca del agua en el Gran Cañón.
No se monta ni se baña a los elefantes—esta visita es ética, observas a los elefantes en su espacio y puedes alimentarlos bajo supervisión.
Son unos 90 minutos en cada trayecto en una van con aire acondicionado. El paisaje durante el camino es parte del encanto.
Lleva protector solar, gorra, ropa de baño para el Gran Cañón y sandalias que puedan ensuciarse. También es útil llevar toallas.
Tu día incluye transporte ida y vuelta en van con aire acondicionado, un delicioso almuerzo local, entradas a ambos lugares y un guía en inglés experto en elefantes y el campo de Chiang Mai.
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