Volarás sobre Klosters con un piloto local, disfrutando de vistas alpinas que no se pueden ver de otra forma. No necesitas experiencia, solo trae ganas de aventura y ellos se encargan del resto.
El aire de la mañana estaba fresco cuando nos encontramos con nuestro piloto justo afuera de la estación del teleférico de Gotschna, a un paso de la estación de tren Klosters Platz. Se olía el café recién hecho de la panadería de enfrente, pero los nervios me quitaron el apetito. Markus, nuestro guía, nos recibió con una sonrisa y nos entregó botas de montaña resistentes y un cortavientos; no había que preocuparse por el equipo, ellos se encargan de todo.
El viaje en teleférico fue tranquilo, solo se escuchaba el murmullo de los locales que salían a caminar. A medida que subíamos, el valle se abría bajo nosotros: prados verdes y el lejano sonido de cencerros. El último tramo fue una caminata corta, unos 15 minutos, justo para acelerar el corazón. Markus señaló una madriguera de marmota junto al sendero, algo que seguro me habría pasado desapercibido.
En el punto de despegue, Markus desplegó el parapente y nos explicó qué pasaría a continuación. Era sencillo: unos pasos adelante y de repente mis pies ya no tocaban tierra. No hubo caída ni vértigo, solo un suave levantamiento al captar el viento. Sentado delante de Markus, solo se oía el viento y algún que otro canto de aves abajo. Sin motores, sin prisas, solo flotando.
Si te animas, te dejan probar a dirigir o hacer algunas vueltas (yo me quedé con giros suaves). El vuelo duró unos 20 minutos, aunque depende del viento; se siente a la vez rápido e infinito. El aterrizaje fue fácil; unos pasos corriendo y estábamos de vuelta donde empezamos, sonriendo como niños.
¡Para nada! No hace falta experiencia previa ni estar en forma extrema, solo poder caminar cuesta arriba unos 15-20 minutos y seguir instrucciones sencillas.
Usa ropa cómoda según la temporada; te prestan zapatos resistentes y ropa extra si hace falta. En invierno es parecido a ir de esquí, en verano más como una caminata.
La experiencia completa dura unas 2 horas desde que te encuentras con el piloto hasta el aterrizaje. El vuelo en sí suele ser de 15 a 30 minutos según el viento.
La edad mínima es 12 años. No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardíacos.
Tu piloto personal de parapente tándem, todo el equipo necesario para volar (zapatos y ropa según el clima), y un lugar seguro para guardar tus cosas durante el vuelo.
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