Te abrigarás con ropa de invierno sueca y conocerás a tu propio equipo de huskies antes de salir en un paseo guiado por bosques nevados. Tras darles premios y recorrer el refugio, te calentarás junto al fuego con café o té y un guiso casero—momentos que recordarás mucho tiempo después.
Casi pierdo un guante antes de empezar — se me cayó directo a la nieve mientras intentaba meterme en las botas gruesas que nos dieron. El aire tenía ese frío cortante que solo se siente en el norte de Suecia, y mi aliento se veía como pequeñas nubes. Nuestra guía, Anna, sonrió y me pasó un par extra. Nos presentó a los perros uno a uno — todavía recuerdo lo suaves que eran sus orejas y cómo se acercaban para que los acariciaras como viejos amigos.
Colocar los arneses fue más caótico de lo que imaginaba. Los huskies ladraban y chillaban, moviendo la cola tan rápido que pensé que alguno saldría disparado sin nosotros. Anna nos enseñó a mantenernos en los patines del trineo — “no suelten,” dijo, medio en broma pero en serio. Y de repente estábamos en movimiento, deslizándonos rápido sobre la nieve compacta entre pinos. Todo era más silencioso de lo que esperaba, salvo el susurro de los patines y el golpeteo de las patas. En un momento vimos un ciervo que se escapó entre los árboles — parpadea y te lo pierdes.
Después, ayudamos a darles premios a nuestro equipo (uno intentó comerse mi manopla) y paseamos por el refugio para conocer al resto de la manada. Mis dedos estaban entumecidos por el frío, pero el aroma a humo de la fogata en su cabaña hacía que todo se sintiera más cálido. Nos sentamos alrededor con tazas de café y un guiso casero que sabía mucho mejor de lo que yo podría cocinar — tal vez era por estar ahí, en medio de tanta calma. A veces sigo pensando en esa vista desde detrás del trineo; es diferente cuando realmente estás allí, ¿sabes?
Sí, se puede facilitar ropa de invierno para tu comodidad durante la actividad.
Sí, después del paseo se sirve un guiso casero junto a una fogata.
Sí, esta actividad es accesible para sillas de ruedas según el operador.
Los bebés pueden unirse; pueden ir en cochecito o en el regazo de un adulto.
Ayudarás a poner los arneses, darás premios tras el paseo y conocerás a más perros en el refugio.
Sí, un guía local acompaña toda la experiencia de principio a fin.
Tu día incluye toda la ropa de invierno necesaria si la quieres, la compañía de anfitriones locales que te presentan a cada perro, tiempo para conducir tu propio trineo por senderos boscosos suecos, dar premios a los huskies después, visitar el refugio para conocer más perros, además de café o té y un guiso casero servido caliente junto al fuego antes de regresar.
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