Saldrás desde Johannesburgo o Pretoria con recogida en hotel directo al territorio de los leones para un safari guiado por un experto local. Observa leones blancos y guepardos de cerca, luego relájate en el centro del parque viendo cachorros juguetones o comprando artesanías antes de regresar con historias salvajes en la cabeza.
Apenas salimos de Johannesburgo, el ruido de la ciudad se quedó atrás y el aire empezó a oler a pasto seco y polvo, ese aroma cálido y terroso que se siente justo a las afueras. Nuestro guía, Sipho, tenía esa habilidad de señalar cosas sin que pareciera una clase. Nos decía al oído: “Miren a la izquierda, ¿ven esos antílopes?” Casi no los noto, se camuflaban entre los arbustos amarillos. El trayecto duró unos 40 minutos, pero al entrar por las puertas del Lion & Safari Park parecía que habíamos llegado a otro mundo.
La charla de seguridad fue rápida (y para ser sincero, un poco inquietante — Sipho sonrió al ver mi cara). Luego subimos a una camioneta safari abierta. El viento fresco me acariciaba los brazos aunque el sol pegaba fuerte. Apenas entramos al recinto de los depredadores, todo quedó en silencio salvo por los pájaros y el crujir de las ruedas sobre la grava. Ver a un león blanco estirado en persona —no detrás de un cristal ni en la tele— te hace contener la respiración por un instante. Quise tomar una foto pero mis manos temblaban, ni sé por qué.
Después de dos horas recorriendo los recintos, viendo guepardos descansando bajo las acacias y hienas paseando a la sombra (de verdad tienen esa risa extraña), regresamos al centro principal. Los cachorros se revolcaban en un parche de tierra polvorienta —uno no paraba de darle patadas a la oreja de su hermano hasta que este se rindió y se dejó caer. Me compré una coca en el restaurante Wetlands (el olor a carne a la parrilla flotaba en el aire, pero aún no tenía hambre) y observé a unos niños correteando en el parque mientras sus padres compraban artesanías en las tiendas con forma de cúpula. El ambiente era tranquilo, de esos lugares donde nadie te apura.
Sigo pensando en lo cerca que parecían esos leones —como si pudieras tocar su pelaje (tranquilo, no se puede). De regreso a Pretoria, Sipho nos contó que su tío trabajó con perros salvajes aquí hace años. La luz de la tarde doraba todo a través de la ventana de la van. Honestamente, no sé si volveré a ver leones así de cerca.
El parque queda a unos 30-45 minutos en coche al norte de Johannesburgo.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos desde alojamientos en Johannesburgo o Pretoria.
El safari guiado dura aproximadamente dos horas dentro del recinto de depredadores.
Podrás ver leones (incluidos leones blancos), guepardos, hienas, perros salvajes, varias especies de antílopes y jirafas domesticadas.
No, el almuerzo no está incluido, pero hay comida y bebida para comprar en el restaurante Wetlands dentro del parque.
Sí, los niños son bienvenidos pero deben estar acompañados por un adulto en todas las actividades.
Hay opciones de transporte público cerca, pero este tour incluye traslados privados con recogida y regreso.
No se recomienda para embarazadas debido al movimiento del vehículo durante el safari.
Tu día incluye la entrada a Lion & Safari Park, recogida y regreso al hotel desde Johannesburgo o Pretoria, transporte en minivan con aire acondicionado y un safari guiado de dos horas en un vehículo especializado con un ranger local en todo momento.
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