Empieza con un guía amable en la playa de Muizenberg, aprende lo básico del surf en la arena y luego lánzate a las frías olas de Cape Town para practicar en vivo—todo el equipo incluido. Prepárate para risas, aire salado y esa emoción cuando finalmente te pones de pie—momentos que recordarás mucho después de salir del agua.
Ya estábamos riendo antes de pisar la arena: nuestro instructor, Sipho, repartía los trajes de neopreno y soltaba un chiste sobre la “moda pingüino”. El aire estaba fresco, pero el sol calentaba mi cara, y el olor a sal y protector solar flotaba en el ambiente. La verdad, no esperaba ponerme tan nervioso al cerrar el traje; es como prepararte para algo grande. Las tablas estaban alineadas en la playa, suaves y un poco más pesadas de lo que imaginaba.
Lo primero que hizo Sipho fue juntarnos en círculo y explicarnos las olas de Muizenberg. Señaló dónde jala la corriente y cómo identificar los lugares seguros—se notaba que sabía mucho. Practicamos ponernos de pie en la tabla justo en la arena (me caí dos veces, pero a nadie le importó). Hubo un momento en que me quedé en silencio, escuchando: las gaviotas, niños jugando a lo lejos, las olas rompiendo cerca. Se sentía auténtico, nada que ver con esos videos de surf en internet.
Meterse al agua fue toda una aventura. El Atlántico está helado—como agujas en la piel—pero al minuto ya ni lo sientes. Sipho se quedó cerca mientras intentábamos atrapar nuestras primeras olas. Cuando finalmente me puse de pie por medio segundo, él fue el que más gritó de alegría. Tragué un poco de agua salada y me reí tanto que casi vuelvo a caer. Al terminar nuestra clase privada de surf en Cape Town, tenía los brazos cansados pero no podía dejar de sonreír. Caminar de regreso por la playa con el pelo mojado y los pies llenos de arena fue simplemente genial.
Sí, la tabla blanda y el traje de neopreno están incluidos durante toda la clase—solo trae tu bañador y una toalla.
Claro que sí—el instructor explica las medidas de seguridad y te guía paso a paso en olas suaves, perfectas para quienes nunca han surfeado.
Sí, tanto el transporte como el acceso a la playa están adaptados para personas en silla de ruedas en esta experiencia.
La sesión dura aproximadamente 1 hora y 30 minutos, incluyendo teoría y tiempo en el agua.
Tu sesión incluye todas las tarifas, además del uso de tabla blanda y traje de neopreno durante toda la clase privada. Instructores locales te acompañan en cada paso—desde la teoría en la orilla hasta atrapar olas reales—y se garantiza accesibilidad para que todos puedan disfrutar cómodamente.
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