Prueba cinco vinos rumanos diferentes en el centro de Bucarest, guiado por un especialista local que comparte las historias detrás de cada botella. Disfruta una tabla de quesos y embutidos (o solo quesos si eres vegetariano), con agua para acompañar cada sorbo. Risas, nuevos sabores y un ambiente relajado que queda en la memoria.
“En Rumanía decimos que cada vino tiene su propia alma”, nos contó nuestra anfitriona con una sonrisa mientras servía la primera copa. Confieso que antes de esta experiencia no sabía mucho sobre los vinos rumanos, solo que mi abuelo los mencionaba como un tesoro perdido. La cata fue en pleno corazón de Bucarest, en una sala pequeña con paredes de ladrillo viejo y ese aroma tenue a corcho y algo dulce. Empezamos con dos blancos; uno tan fresco que me recordó a manzanas después de la lluvia. Ella nos explicó los nombres de las uvas — ¿Fetească Regală? — intenté repetirlo y se rió, lo que relajó a todos un poco.
El rosado me sorprendió — no era dulce, pero tenía ese toque a fresas silvestres. Nuestra guía, Ana, nos contó pequeñas historias de cada bodega, como la de una familia que lleva haciendo tintos desde antes del comunismo. Los tintos eran más profundos de lo que esperaba; uno tenía un sabor terroso que se quedaba incluso después de beber agua. Hablando de eso, siempre tenían nuestras copas llenas — tanto de vino como de agua — y sacaron una gran tabla de quesos y embutidos (yo soy vegetariano y me cambiaron la charcutería por más queso). Alguien en la mesa intentó adivinar las especias del queso pero se rindió a mitad de camino.
Me gustó lo tranquilo que fue todo. Ana nunca nos apuró ni nos hizo sentir tontos por no distinguir taninos de acidez. Afuera se oía el tráfico de la ciudad, pero adentro las risas lo tapaban todo. Sigo pensando en ese último tinto — ya no recuerdo el nombre — pero tenía un sabor a otoño que no olvido. Si buscas una cata auténtica en Bucarest con gente que realmente ama lo que sirve, esta es la experiencia.
La cata incluye cinco vinos rumanos: dos blancos, un rosado y dos tintos.
Sí, incluye una tabla de quesos y embutidos; los vegetarianos reciben solo quesos.
Un especialista local en vinos te guía durante toda la experiencia.
Incluye agua embotellada durante toda la cata.
La experiencia se lleva a cabo en una ubicación céntrica de Bucarest.
Sí, los vegetarianos reciben una tabla solo con quesos durante la cata.
No, es apta para cualquier adulto que disfrute del vino, sin necesidad de condición física especial.
Tu velada incluye cinco vinos rumanos distintos (dos blancos, un rosado y dos tintos), presentados por un experto local en el centro de Bucarest. También tendrás agua embotellada durante toda la sesión y compartirás una generosa tabla de quesos y embutidos — o solo quesos si prefieres opciones vegetarianas — mientras descubres las historias detrás de cada copa.
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