Conduce tu propio buggy por el campo de Punta Cana con un guía local, prueba café y chocolate frescos en una casa familiar, nada en las aguas frescas de la Cueva Macao y termina con un chapuzón en Playa Macao rodeado de palmeras y arena suave — momentos que recordarás mucho después de quitarte el barro.
Nos subimos a estos buggies llenos de barro justo a las afueras de Punta Cana — cascos puestos, motores rugiendo. Nuestro guía, José, sonrió mientras me pasaba las llaves (no sé si confiaba mucho en mi manejo). La carretera fuera del pueblo era dura pero emocionante, con campos de caña de azúcar pasando rápido y niños saludando desde las puertas. Recuerdo el olor a tierra mojada después de la lluvia de anoche — se nos quedó pegado por todos lados.
Primera parada: una casa familiar en La Ceiba del Salado. El aire adentro estaba cargado de café y algo dulce que no reconocía hasta que José dijo “cacao.” También probamos mamajuana — picaba un poco al bajar pero nos hizo reír a todos. Li se rió cuando intenté decir “gracias” en español — seguro lo dije fatal. En una esquina había una radio vieja tocando merengue; la abuela de alguien bailaba sola mientras tomábamos chocolate. Se sentía como si fuéramos invitados, no turistas de paso.
Luego, los buggies nos llevaron brincando hasta la Cueva Macao. Es un cenote — agua fresca bajo rocas irregulares, con rayos de sol colándose por grietas arriba. Algunos se lanzaron de inmediato (yo dudé; parecía fría), pero la verdad? Flotar ahí, escuchando solo el eco del agua contra la piedra… a veces todavía recuerdo ese silencio. Los taínos usaban esta cueva hace siglos para conseguir agua fresca — José nos contó historias mientras nos secábamos en las rocas.
Última parada: Playa Macao. Arena tan blanca que casi me dolían los ojos, palmeras por todos lados, vendedores locales con frutas en carritos gastados. Tuvimos unos 20 minutos para nadar antes de volver, pero se sintió más tiempo — sal en la piel, sol calentando todo otra vez tras el frío de la cueva. Saqué una foto bajo las palmas que salió mal (mi dedo en una esquina), pero me encanta igual.
El tour suele durar medio día e incluye paradas en La Ceiba del Salado, Cueva Macao y Playa Macao.
Sí, la recogida está incluida como parte de la experiencia del día.
No se requiere experiencia previa; los guías dan instrucciones antes de empezar.
Visitarás una casa local para degustaciones, explorarás la Cueva Macao (un cenote) y nadarás en Playa Macao.
Disfrutarás degustaciones de café, cacao, chocolate y mamajuana en una casa familiar.
Sí; los bebés pueden ir en cochecitos o sillas especiales para ellos.
Sí; el transporte y opciones son accesibles para quienes lo necesiten.
No se recomienda para embarazadas debido al terreno irregular.
Tu día incluye transporte con aire acondicionado y recogida en Punta Cana o zonas cercanas, casco de seguridad para el buggy, degustaciones de café y chocolate en una casa familiar, entrada a la Cueva Macao para nadar o relajarte junto al agua, y tiempo para nadar en Playa Macao antes de regresar con tu guía.
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