Conduce tu propio ATV por el campo de Punta Cana con un guía local, prueba café y chocolate frescos en una finca orgánica, salta a una piscina natural en una cueva y relájate en la arena suave de playa Macao antes de regresar — zapatos embarrados garantizados, pero vale cada segundo.
Con la correa del casco ajustada bajo la barbilla, ya podía oler la tierra húmeda antes de arrancar los ATV. Nuestro guía, Luis, sonrió y nos dijo que no nos preocupáramos por ensuciarnos — “eso es parte de la diversión.” Tenía razón. El primer tramo saliendo de Punta Cana fue puro ruido de manillares y ráfagas de verde a ambos lados, palmas que pasaban tan rápido que casi no vi a los pequeños lagartijos cruzando el camino. En un momento, un gallo cantó detrás de nosotros y todo se sintió... vivo, ¿sabes?
Paramos en una pequeña finca que parecía estar ahí desde siempre. El aire cambió — más dulce, con aromas a café tostado y algo herbal (¿mamajuana? todavía no sé bien qué lleva). Luis repartió vasitos de chocolate tan intenso que se pegaba a los dientes. Traté de decir “gracias” con la boca llena; él solo se rió y sirvió otra ronda. Alguien intentó armar un cigarro y lo hizo un desastre — a nadie le importó. Fue bonito quedarse ahí un rato, con los dedos pegajosos y todo.
La siguiente parte fue más salvaje de lo que esperaba. Rebotando por caminos irregulares hasta llegar a una cueva — un aire fresco que salía como si alguien hubiera dejado la nevera abierta en pleno julio. La gente se lanzaba directo al agua; dudé un momento pero terminé siguiéndolos (no podía dejar que los niños me ganaran). El choque frío en la piel, risas que rebotaban entre las paredes de piedra. Ese baño me despertó más que cualquier café.
La playa Macao fue la última parada — el sol pegando fuerte, sal en el aire, acantilados a lo lejos. Algunos locales vendían fruta en cubetas y los niños corrían en círculos alrededor del grupo, persiguiéndose hasta mojarse en la orilla. Me quedé sentado en la arena un rato después de que todos se fueron; no sé bien por qué no quería irme todavía. Quizás era querer guardar esa sensación un poco más.
El tour dura entre 4 y 5 horas, incluyendo recogida y regreso.
Sí, el transporte ida y vuelta desde tu hotel o punto de recogida está incluido.
No, no hace falta experiencia; al inicio te dan todas las indicaciones de seguridad.
Podrás degustar café orgánico, chocolate, mamajuana, té verde y puros si quieres.
La edad mínima es 8 años por razones de seguridad.
Sí, el transporte y todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas.
Los guías hablan inglés, español, francés, alemán e italiano.
No, es opcional. Puedes admirar la cueva o meterte al agua si quieres.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde el hotel en Punta Cana, uso de un ATV con casco si quieres, degustaciones de café y chocolate orgánico en una finca local (más mamajuana y puros), entrada a una cueva con agua para nadar o relajarte cerca, tiempo en la playa Macao con sus acantilados de piedra caliza, y un guía local que te acompaña en todo momento.
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