Recorre el corazón de Praga en un descapotable vintage mientras tu guía local comparte historias pasando por el Puente de Carlos, la Plaza de la Ciudad Vieja y más. Risas, sonidos urbanos, momentos de calma inesperados, y recogida y regreso al hotel para que solo te dejes llevar.
Nos subimos al descapotable justo frente a nuestro hotel — la verdad, al principio me sentí un poco raro (no todos los días paseas por Praga en un coche vintage reluciente). Pavel, el conductor, sonrió y nos dio una manta ligera para el fresco. Arrancamos por calles empedradas, con el motor ronroneando y ese leve olor a gasolina mezclado con café recién hecho de una cafetería cercana. Me crucé con varias sonrisas de la gente; se sentía como si por fin formáramos parte del paisaje urbano, no solo como turistas mirando desde fuera.
Pavel señalaba detalles que jamás habría notado caminando — pequeños ángeles sobre las puertas en Malá Strana, cómo el dorado del techo del Teatro Nacional brilla con el sol de la tarde. En el Puente de Carlos bajó la velocidad para que pudiéramos sacar fotos; alguien nos saludó desde un tranvía y yo respondí sin pensarlo. Cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja, hubo un momento en que Pavel dejó de hablar para que escucháramos las campanadas del Reloj Astronómico. Se oían por toda la plaza, con un aire casi mágico — nunca pensé que un reloj me emocionaría, pero así fue.
En solo una hora recorrimos mucho: la Plaza Wenceslao con su estatua (Pavel contó una anécdota sobre San Wenceslao que me hizo reír), la Torre de Petřín asomando a lo lejos, e incluso pasamos rápido por la Casa Danzante — que de cerca es más curiosa que en las fotos. Pavel conocía todos los atajos; a veces girábamos de repente y aparecíamos en lugares más tranquilos, como el Santuario de Loreto, donde se escuchaban pájaros en lugar de coches. Todo fue muy cómodo y relajado — sin prisas ni silencios incómodos, solo historias entrelazadas con los sonidos de la ciudad.
Sigo pensando en lo diferente que se ve Praga desde ese asiento tan bajo — todo parecía más cercano y lleno de vida. Cuando volvimos al hotel, el pelo me estaba alborotado y las mejillas me dolían de tanto sonreír. Si buscas algo rápido pero con mucho encanto (y no te importa llamar la atención), este tour en coche clásico vale totalmente la pena.
El recorrido turístico dura 60 minutos.
Sí, la recogida y regreso al hotel son gratuitos y están incluidos.
Verás sitios como el Puente de Carlos, la Plaza de la Ciudad Vieja, el Reloj Astronómico, la Plaza Wenceslao, la Torre de Petřín, el Teatro Nacional, el Santuario de Loreto y más.
Sí, el conductor también es guía y ofrece comentarios en inglés en directo durante todo el recorrido.
Sí, los niños pueden unirse pero deben ir acompañados por un adulto; los bebés pueden ir en el regazo o en cochecito.
Sí, los animales de servicio pueden acompañarte durante el recorrido.
El precio es por coche; cada vehículo puede llevar varios pasajeros cómodamente, pero consulta directamente para saber la capacidad exacta si lo necesitas.
El tour es adecuado para todos los niveles de movilidad; además, hay opciones de transporte público cerca si se requieren.
Tu salida de una hora incluye recogida y regreso al hotel justo en la puerta, comentarios en vivo del guía-conductor mientras recorres los puntos clave de Praga como el Puente de Carlos y la Plaza de la Ciudad Vieja, además del combustible incluido para que solo te relajes y disfrutes antes de volver al hotel.
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