Probarás cinco cervezas artesanales checas en pubs escondidos del Casco Antiguo y Nuevo de Praga, guiado por un sommelier local que comparte historias y consejos prácticos. Aprende a pedir como un local, recibe un mapa digital para seguir explorando y termina con nuevos amigos — y quizás unas palabras de checo en el bolsillo.
Lo primero que me llamó la atención fue el tintinear de vasos que salía de una puerta estrecha cerca de esa estatua tan loca de Kafka — ya sabes, toda de metal retorcido y ángulos raros. Nuestro guía, Pavel, nos recibió con una media sonrisa y un “¿listos para probar la verdadera cerveza checa?” Seguro que asentí demasiado rápido. El aire de la tarde olía a pan recién hecho y a lluvia sobre los adoquines (acababa de lloviznar), y la verdad, parecía que la ciudad nos estaba dejando entrar en un secreto.
Entramos en nuestro primer pub — pequeño, con paredes de madera, lleno de locales que ni siquiera levantaron la mirada al entrar. Pavel pidió las cervezas en checo (yo intenté decir “pivo” bien, pero el camarero se rió igual). La cerveza estaba fría, con un toque floral — nada de lo que esperaba. Aprendimos que la cerveza está casi tejida en la historia de Praga; al parecer hay toda una etiqueta para pedirla, lo que explica por qué todos parecían tan expertos menos yo. En un momento, alguien en otra mesa brindó por nosotros solo por estar ahí.
El camino entre bares fue todo un viaje — callejones serpenteantes, iglesias antiguas y tiendas de esquina con luces de neón. Pavel nos señaló una panadería donde compra koláče después de sus turnos largos (nota mental: volver). Cada pub tenía su propio rollo: uno con suelos de azulejos y carteles antiguos, otro con ese olor raro pero acogedor a lúpulo y queso frito. En algún momento nos dio un Mapa Digital de Cervezas — un poco friki, pero muy útil si quieres seguir explorando después del tour. No hubo prisas; más bien parecía salir con alguien que conoce todos los atajos.
Todavía recuerdo esa última pinta — oscura como el café, más suave que cualquier stout que haya probado en casa. Para entonces ya habíamos intercambiado historias con una pareja de Berlín en nuestra mesa (ellos también se peleaban con el checo) y todo se sentía muy natural. Cuando salimos a la calle más tarde, Praga se veía distinta — ¿más cálida? O tal vez solo era la cerveza hablando.
El tour incluye cinco cervezas artesanales checas (unos 1.5 litros en total).
Sí, en cada parada puedes elegir vino o una bebida sin alcohol en lugar de cerveza.
Si es necesario para la ruta, los billetes de transporte público están incluidos.
Te encuentras con el guía junto a la estatua moderna de Franz Kafka en el centro de Praga.
Sí, tanto el transporte como los locales son accesibles para sillas de ruedas.
Los bebés y niños pequeños pueden participar si van en cochecito o carrito.
No, el guía se encarga de la comunicación y te enseña frases básicas si quieres.
Sí, recibirás consejos y un exclusivo Mapa Digital de Cervezas con los mejores sitios de Praga.
Tu noche incluye cinco cervezas artesanales checas seleccionadas (o vino y refrescos si prefieres), billetes de transporte público cuando sean necesarios, y un práctico mapa digital con los mejores bares de cerveza en Praga, todo acompañado por un guía local experto que comparte historias exclusivas mientras exploran juntos.
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