Recorrerás la Ciudad Vieja de Praga con un guía local, probando platos típicos checos y tomando cerveza donde realmente comen los locales. Risas con gulash, sabores nuevos en rincones acogedores y un mapa personalizado con más sitios para seguir descubriendo tras el tour.
¿Te has preguntado alguna vez cómo sabe un solomillo de ternera con salsa cremosa cuando lo pruebas en un pequeño restaurante escondido cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga? Yo tampoco, hasta que nuestra guía, Jana, nos llevó por un callejón que parecía sin salida y que en realidad desembocaba en un rincón cálido donde el aroma a eneldo y carne asada salía de la cocina. Empezamos en la Casa Municipal (antes ni había reparado en todos esos detalles dorados), justo al lado de la Torre de la Pólvora—Jana nos contó que fue una de las antiguas puertas de la ciudad, y sentí que estábamos entrando al corazón de Praga por un pasadizo secreto.
Las piedras del suelo aún estaban resbaladizas por la lluvia de antes, así que todos caminábamos con cuidado. Jana nos dio unos billetes para el tranvía “por si acaso”, pero la verdad es que casi todo lo hicimos andando—hay algo especial en ver Praga al anochecer que te invita a seguir explorando. En un sitio, pidió para todos gulash y sirvió cerveza negra con una espuma densa. El tipo de la mesa de al lado intentó enseñarme a decir “¡Na zdraví!” (seguro que lo dije fatal). Hubo risas—esas que te hacen olvidar que estás en un tour organizado.
Lo que más me gustó fue que nada fue apresurado. Paramos a probar postres que nunca había visto en vitrinas de pastelería—algo con nueces y dulce, pero ligero. Jana nos apuntó en un mapa sus lugares favoritos para picar algo tarde; dijo que los locales suelen guardarlos en secreto, pero ella hizo una excepción. Aún recuerdo esa vista del río Moldava mientras cruzábamos hacia Malá Strana—las luces reflejándose en el agua, el estómago contento de verdad. Si llegas con hambre y no te importa que tus zapatos se raspen un poco con los adoquines, esta ruta gastronómica por Praga vale totalmente la pena.
El tour comienza en la entrada de la Casa Municipal, cerca de la Torre de la Pólvora, en el centro de Praga.
Sí, incluye cuatro bebidas—cerveza, vino, refrescos o café/shot, a elegir.
Se entregan billetes de transporte público si son necesarios en el recorrido.
Sí, hay opción privada con recogida y regreso al hotel incluidos.
Los grupos pequeños tienen un máximo de 10 personas por tour.
Recibirás un mapa personalizado con recomendaciones culinarias hechas por tu guía.
La cocina checa se basa mucho en carne y lácteos; no se puede adaptar completamente a dietas veganas o sin lactosa.
Usa zapatos cómodos que aguanten los adoquines, ya que las calles de Praga pueden ser irregulares y resbaladizas cuando llueve.
Tu noche incluye varios platos tradicionales checos que suman una comida completa, cuatro bebidas (cerveza, vino o opciones sin alcohol), billetes de transporte público si son necesarios, un guía local en inglés que comparte historias y consejos, y un mapa personalizado con sitios recomendados para seguir explorando tras el paseo. Los tours privados incluyen recogida y regreso al alojamiento para mayor comodidad.
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