Pasa un día explorando los viñedos del Valle del Duero con un guía local, probando vinos de oporto, aceite de oliva y miel en tres bodegas diferentes. Disfruta una comida relajada en una de las fincas, con risas y nuevos sabores. Aquí no se trata de hablar de vinos sofisticados, sino de sentirse bienvenido entre gente auténtica que ama lo que hace.
No esperaba que el Valle del Duero oliera así: una mezcla entre piedra calentada por el sol, flores silvestres y ese toque ácido de las uvas fermentando. Nuestra guía, Inés, nos recogió en Oporto puntualmente (tenía una risa fácil que hizo que el grupo se relajara rápido) y emprendimos el camino por carreteras serpenteantes que se volvían más verdes en cada curva. El viaje en sí ya era parte de la experiencia: el río aparecía y desaparecía entre las terrazas, como jugando al escondite. Intenté sacar fotos, pero la mayoría del tiempo me quedé mirando por la ventana.
El primer viñedo era familiar: João nos sirvió su oporto tawny mientras contaba historias sobre la terquedad de su abuelo durante las vendimias. No soy experto en vinos (normalmente solo asiento y pruebo), pero João hizo que fuera fácil hacer preguntas sin miedo a parecer tonto. Probamos miel directamente del tarro: pegajosa, floral y nada empalagosa, y aceite de oliva que hacía que el de supermercado pareciera agua. Había un perro viejo durmiendo a la sombra; apenas abrió un ojo cuando pasamos. Me gustó eso.
La comida fue en la segunda parada: una mesa larga bajo las vides, platos de pescado a la parrilla y verduras que se pasaban con gestos amplios. Alguien intentó pronunciar “vinho branco” bien; Inés sonrió y nos corrigió con cariño (yo aún no lo logro). El sol salió fuerte un rato y todos nos ralentizamos un poco. En un momento me di cuenta de que no había mirado el móvil en horas, algo raro en mí.
La última bodega era más grande y pulida, pero para entonces no me importaba compartir espacio con otros grupos. El murmullo de la sala de catas se mezclaba con el tintinear de copas y la música suave de alguien en segundo plano. El regreso fue más tranquilo, quizá por el vino o por pensar en todo el trabajo que hay detrás de cada botella aquí. A veces aún recuerdo la historia de João cuando abro una botella en casa, ¿sabes?
Visitarás tres viñedos diferentes durante la excursión de un día.
Sí, la comida está incluida en una de las bodegas que visitas.
Sí, hay opciones tanto vegetarianas como veganas disponibles para la comida.
La recogida está incluida si reservas la opción de tour en grupo o privado.
El tour dura entre 9 y 10 horas, dependiendo del tráfico.
Los niños son bienvenidos pero deben tener asiento propio; los bebés necesitan sillas de coche que deben aportar los padres.
También probarás miel y aceite de oliva locales en algunos viñedos.
Sí, el vehículo ofrece WiFi gratis durante el traslado.
Tu día incluye recogida en Oporto (si eliges esta opción), transporte con aire acondicionado y WiFi gratis, visitas guiadas a tres viñedos del Valle del Duero con catas de varios vinos, miel y aceite de oliva locales, y una comida relajada en una de las bodegas antes de regresar por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?