Entra en Quinta do Beijo, en el Valle del Duero, para una visita guiada íntima con anfitriones locales. Probarás vinos DOC y oportos premium junto a pan fresco, aceite de oliva, queso, chorizo y jamón — todo acompañado de historias familiares y risas que recordarás mucho después de la última copa.
Lo primero que noté fue el suave tintinear de las copas y alguien tarareando en la cocina — no era música, sino la voz de una persona de verdad. Acabábamos de llegar a Quinta do Beijo, en el Valle del Duero, y la verdad, parecía más entrar en casa de alguien que en una bodega. Nuestra guía, Marta (que creció por aquí), nos recibió con una sonrisa natural y empezó a contarnos historias de las vendimias de su abuelo antes incluso de que viéramos una sola uva.
No sé qué esperaba de una “cata premium”, pero no fue sentarme en una mesa de madera con pan de Favaios recién hecho y aún calentito. El aceite de oliva tenía un sabor fresco y herbáceo — Marta lo sirvió ella misma, explicando que su tío todavía recoge las aceitunas a mano. También había queso (mezcla de cabra y vaca), chorizo con un toque picante que me dejó la lengua encendida, y jamón curado nueve meses que se deshacía en la boca antes de que pudiera pensar en algo ingenioso para decir. Se rió cuando intenté pronunciar “Favaios” bien — seguro que lo hice fatal.
La cata de vinos fue más pausada de lo que imaginaba — y para bien. Probamos tres vinos DOC (rosado, blanco y tinto reserva) mientras Marta nos contaba cómo el suelo y el clima del Duero les dan su carácter único. Nos dejó oler las barricas en la bodega — un aroma dulce y a humedad, casi como libros viejos si te acercas mucho. Los vinos de Oporto fueron el broche final: tawny y blanco, ambos con diez años de crianza. Después de mi primer sorbo de oporto tawny hubo un silencio que nadie rompió; todavía recuerdo esa pausa.
No fue nada pretencioso ni apresurado — solo comida sincera, buen vino y gente que de verdad disfruta compartiendo su pasión. Al irnos, Marta nos despidió como si fuéramos primos que volvería a ver pronto. Así que sí, si buscas una excursión en el Valle del Duero que se sienta cercana (y con comida y vino local incluidos), esta es la tuya.
Sí, todas las áreas y superficies de Quinta do Beijo son accesibles para silla de ruedas.
Probarás tres vinos de mesa DOC (rosado, blanco y tinto reserva) más dos oportos de 10 años (tawny y blanco).
Sí, pueden venir bebés y niños pequeños; se aceptan cochecitos o sillas de paseo.
Disfrutarás de tapas locales con pan de Favaios, aceite de oliva, queso, chorizo, jamón, almendras y nueces junto con la cata.
Sí, los animales de servicio están permitidos en Quinta do Beijo.
Tu visita incluye un tour guiado por la bodega Quinta do Beijo en el Valle del Duero con cata de tres vinos DOC (rosado 2021, blanco 2022, tinto reserva 2019), dos oportos de 10 años (tawny y blanco), además de pan fresco de Favaios con aceite de oliva virgen de la finca. Se sirven tapas con queso local (mezcla de cabra y vaca), chorizo, jamón curado nueve meses, almendras y nueces durante toda la experiencia.
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