Esta es tu oportunidad de recorrer las verdes colinas de Sintra en un 4x4 clásico, explorar palacios de cuento y playas secretas, y estar en el punto más occidental de Europa. Prueba mariscos frescos donde comen los locales y descubre pueblos en acantilados que pocos turistas visitan, todo con un guía amable que conoce cada atajo.
“¿Ves esa cúpula amarilla allá arriba?” nos sonrió nuestro guía mientras avanzábamos por un camino estrecho—el Palacio da Pena asomándose entre los árboles cubiertos de niebla como sacado de un cuento. Apenas habíamos terminado nuestro primer pastel de nata en el casco antiguo de Sintra cuando nos llevó en su 4x4 clásico, con las ventanas bajadas y el aroma a eucalipto entrando. Los jardines del palacio aún estaban húmedos por la lluvia de la noche anterior, y cada paso crujía bajo nuestros pies mientras paseábamos entre estatuas cubiertas de musgo y helechos enredados.
Decidir qué monumento visitar no fue fácil—el Castillo de los Moros dominando la cima, o los túneles misteriosos de la Quinta da Regaleira (nuestro grupo se dividió en esa elección). Al final, nos metimos en el Palacio de Monserrate por sus salas tranquilas y jardines salvajes. Parecía que éramos los únicos allí, salvo por un jardinero que tarareaba suavemente cerca. La comida fue en un lugar que parecía conocido solo por locales; pescado a la parrilla chisporroteando sobre carbón, platos tintineando, alguien dando órdenes en portugués desde detrás del mostrador.
La verdadera sorpresa llegó después de comer. Nuestro conductor giró hacia un camino rocoso—sin señales—y de repente estábamos saltando por bosques de pinos rumbo al mar. En Azenhas do Mar, las casas blancas se aferraban a los acantilados sobre olas rompiendo; se podía saborear la sal en el aire. También paramos en la playa de Adraga, donde el viento azotaba la arena contra nuestros tobillos y el Atlántico se extendía hasta el infinito. Desde ahí, todo fue costa salvaje: el ventoso Cabo da Roca (todos tomando fotos), luego la playa de Guincho con surfistas en aguas frías, y finalmente llegamos a Cascais justo cuando la luz dorada iluminaba las calles empedradas.
El tour suele durar unas 8 horas, pero se puede ajustar según el ritmo de tu grupo y los lugares donde quieras pasar más tiempo.
La comida no está incluida, pero tu guía te recomendará restaurantes locales donde podrás probar platos tradicionales por tu cuenta.
Sí, puedes escoger dos monumentos o palacios principales según tus intereses y la afluencia de visitantes ese día.
El tour es familiar y hay asientos para bebés disponibles; sin embargo, algunos jardines tienen caminos irregulares, así que avisa a tu guía si hay necesidades especiales.
Tu día incluye un 4x4 portugués clásico conducido por un guía local experto, agua embotellada para todos y WiFi para que compartas fotos al instante. Puedes elegir qué monumentos visitar en Sintra y, a la hora de comer, tu guía te sugerirá lugares auténticos que adoran los locales. Si viajas con niños o necesitas asientos especiales para bebés, solo avísales—ellos se encargarán.
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