Prueba el pasado de Lisboa en tartas de crema calientes junto a la Basílica da Estrela, disfruta de ginjinha entre locales en el mercado de Campo de Ourique y escucha las historias de los vendedores que conocen cada rincón de la ciudad. Este tour combina sabores, risas y sorpresas que te dejarán recuerdos tan ricos como lo que probarás.
Todo empezó con el hombre mayor detrás del mostrador de pasteles cerca de la Basílica da Estrela. Asintió a mi torpe “bom dia” y me pasó un pastel de nata todavía tibio, de esos donde la crema se mueve un poco si lo tocas. El aroma a canela y café llenaba el aire. María, nuestra guía, nos contó que estos pasteles vienen de los monjes del siglo XVIII, pero yo estaba demasiado ocupado chupándome los dedos para captar todos los detalles. Ella se rió y dijo: “Al final recordarás más el sabor que la historia.” Y tenía razón.
Después nos dirigimos hacia Campo de Ourique, esquivando tranvías y un par de perros impacientes con correa. El día era uno de esos típicos amaneceres lisboetas, nublado pero con luz, ni frío ni calor, y ese aire salado del Atlántico. En el mercado, María saludaba a la mitad de los vendedores por su nombre. Había pescaderos limpiando doradas (intenté no mirar demasiado), panaderos apilando panes recién horneados y un carnicero que me guiñó un ojo cuando me vio mirando su chorizo. Alguien pasó vasitos de plástico con ginjinha — un licor de cereza dulce y ácido que pica rico al bajar. Traté de decir “obrigado” como nos enseñó María, aunque seguro lo dije mal; ella sonrió igual.
No esperaba sentirme tan en casa en un lugar donde nunca había estado. Hubo un momento — estábamos junto a un puesto lleno de naranjas y sardinas, escuchando a dos mujeres discutir (en voz alta pero con cariño) sobre cuál panadería hace las mejores tartas. Las baldosas de las paredes tenían bordes gastados y el polvo de harina flotaba en los rayos de sol que entraban desde arriba. Era como si el tiempo se doblara sobre sí mismo: el viejo Lisboa justo al lado de nuevas tiendas vendiendo queso vegano o lo último en tendencias. Todavía recuerdo esa vista desde fuera del mercado — la ropa tendida moviéndose con el viento y las campanas de una iglesia sonando a lo lejos.
No se especifica la duración; contacta con el proveedor para más detalles.
Sí, incluye comida, además de snacks, agua embotellada, café o té y bebidas alcohólicas.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se aceptan cochecitos o carriolas.
Sí, se hace una parada cerca de la Basílica da Estrela para probar pasteles en una tienda clásica cercana.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Por favor, envía tus alergias o restricciones con anticipación para poder hacer los arreglos necesarios.
Tu día incluye snacks como pasteles clásicos junto a la Basílica da Estrela, comida en el mercado de Campo de Ourique con degustaciones tradicionales y modernas, agua embotellada durante el paseo, pausas para café o té y hasta un chupito de ginjinha de cereza en el camino.
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