Navega por la costa del Algarve en un cómodo catamarán, probando licores y dulces locales mientras exploras cuevas como Benagil y disfrutas vistas desde Praia da Marinha hasta Submarine Rock. Con guía local, tiempo para fotos y opción de baño, este paseo te deja con la piel dorada y una sonrisa que dura.
Lo primero que recuerdo es el golpe del aire salado al subir al catamarán en Albufeira. Se escuchaba un murmullo de portugués — algunos locales, familias, y un tipo con una cámara enorme. Nuestra guía, Marta, me dio un vasito de algo dulce (creo que era medronho) antes de zarpar. Sonrió y dijo: “¡Para el valor!”, lo que me hizo reír porque el mar estaba tranquilo. Pero nunca se sabe.
Navegamos hacia el oeste, pasando la playa de Falésia y esos acantilados rojos que parecen pintados. El barco bajó la marcha en Praia São Rafael para que Marta nos señalara unos arcos de roca que, si te fijas bien, parecen huesos de dinosaurio. Intenté pronunciar “Praia da Galé” con el acento correcto y João, en el bar, me dio un pulgar arriba (seguro por cortesía). El sol jugaba entre nubes y de vez en cuando se olía una mezcla de protector solar con algo dulce que venía de la cocina.
No esperaba que me importaran mucho las cuevas, pero cuando llegamos a la Cueva de Benagil — es imposible no quedarse mirando ese techo redondo con la luz entrando como un foco. No siempre pudimos entrar (Marta nos avisó que a veces las autoridades lo prohíben), pero flotar cerca ya era casi mágico. Alguien pasó unos pastelitos espolvoreados con azúcar; todavía los recuerdo. Y sí, hubo tiempo para nadar si querías — el agua estaba fría, pero te despertaba al instante. Después todo parecía más brillante.
De vuelta paramos cerca de Submarine Rock y Arco do Triunfo — Marta contó historias de naufragios que parecían mitad verdad, mitad leyenda. Se veían aves volando sobre Birds Cave y niños saludando desde Praia da Marinha. No fue un día lujoso, pero se quedó grabado; tal vez por la luz reflejada en el agua o porque todos nos relajamos tras las degustaciones. De cualquier forma, repetiría solo por esa sensación de bajarte con la piel quemada y una sonrisa.
No, la entrada depende de las regulaciones locales y las condiciones del mar; a veces las autoridades restringen el acceso.
Sí, recibirás una bebida de bienvenida y degustaciones de licores regionales y dulces durante el paseo.
Se planea una parada para nadar, pero depende del clima, el tiempo y las condiciones del mar.
Sí, el catamarán cuenta con baños para los pasajeros.
Sí, tanto el transporte como las instalaciones son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden viajar en cochecitos o carriolas a bordo.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este crucero.
El tour sale desde Albufeira, en la costa del Algarve, Portugal.
Tu día incluye navegación desde Albufeira con guía local, bebida de bienvenida al subir, degustaciones de licores y dulces regionales mientras pasas por playas como Falésia y São Rafael rumbo a la Cueva de Benagil —con tiempo para nadar si las condiciones lo permiten— y regreso cómodo en catamarán con baños y bar a bordo.
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