Verás lobos marinos y pingüinos de cerca, probarás los mejores platos y piscos de Ica, y correrás en buggy por las dunas de Huacachina. Un día completo lleno de sabores peruanos, historias locales y pura adrenalina. Si buscas tres aventuras en una sola jornada, este tour es para ti.
Salitre en el aire y un fresquito en la cara: nuestro bote atravesaba la neblina matutina mientras dejábamos atrás el muelle de Paracas. Las Islas Ballestas aparecieron, con sus rocas escarpadas y ruidosas colonias de lobos marinos que se ladraban entre ellos. Vi un par de pingüinos de Humboldt caminando torpemente por una repisa, pequeños pero inconfundibles. Luis, nuestro guía, nos señaló a los guaneros volando en círculos y contó cómo antes recogían el guano para abono. La sorpresa mayor fue el geoglifo “El Candelabro”, tallado en la ladera arenosa, enorme y misterioso, como sacado de una leyenda antigua. Solo se ve desde el agua y, sinceramente, las fotos no le hacen justicia.
De vuelta en tierra, el hambre apareció. Entramos en un local familiar en Ica —no recuerdo el nombre, pero lo reconocerás por el cartel azul desgastado y el aroma a cilantro en el aire. Probé la carapulcra con sopa seca (algo que nunca había probado), acompañada de un vaso de chicha morada, dulce y con un toque picante. La cata de pisco después de comer fue todo un espectáculo: resulta que el pisco es mucho más que solo sour. El equipo nos explicó cada tipo y hasta nos dejaron probar uvas recién prensadas. Te aseguro que te irás con un cóctel favorito nuevo.
Ya por la tarde, llegamos a Huacachina. El sol bajaba pintando todo de dorado. Los buggies eran ruidosos y un poco intimidantes al principio; sentí que el corazón me saltaba mientras subíamos y bajábamos las dunas. La arena se metió por todos lados (lleva un pañuelo), pero no paraba de reír. Probé el sandboard por primera vez; me caí dos veces, pero ¿a quién le importa? La vista desde la cima de las dunas —la laguna a un lado y el desierto infinito al otro— hizo que olvidara la arena en los zapatos. Tomamos varias fotos mientras el cielo se teñía de rosa. Es uno de esos días que contarás por años.
Los niños pueden participar, pero ten en cuenta que los buggies son rápidos y el sandboard puede ser algo intenso. Los más pequeños deben ir acompañados de un adulto durante el transporte.
Lleva protector solar, gafas de sol, un pañuelo o bandana (para la arena), ropa cómoda y una chaqueta para el paseo en bote por la mañana, que puede hacer frío.
¡Sí! El almuerzo incluye platos típicos de Ica y chicha morada. También hay degustación de pisco y vino.
Por supuesto. Los guías hablan inglés y español con fluidez, así no te perderás ningún detalle ni historia.
El paseo en bote a las Islas Ballestas depende del clima y las autoridades portuarias. Si se cancela, ofreceremos alternativas o reprogramaremos.
Transporte privado con aire acondicionado, almuerzo completo con especialidades de Ica y chicha morada, guías expertos bilingües, todas las entradas, cata de pisco y actividades en las dunas. Sin costos ocultos.
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