Empieza el día con café orgánico entre murales de Barranco, prueba frutas frescas en el animado mercado de Miraflores, aprende a preparar cebiche y Pisco Sour con un chef en San Isidro, y termina con platos gourmet y vino local frente a las ruinas de Huaca Pucllana. Cada parada trae nuevos sabores y historias para llevar contigo.
Ya estábamos a medio camino de nuestra primera taza de café orgánico peruano en Barranco cuando me di cuenta de que Lima despierta con la nariz: el aire olía a granos tostados y un poco a sal marina. Nuestra guía, Mariana, nos llamó hacia una pequeña panadería para probar pan con chicharrón. Se burló cuando le dije que era “solo un sándwich” (no lo es). Las paredes afuera estaban llenas de murales: algunos con colores vibrantes, otros con rostros descoloridos que te miraban fijamente. Intenté recordar la palabra en español para “amarillo” pero simplemente señalé. A nadie pareció importarle.
Al cruzar el Puente de los Suspiros todo fue más tranquilo de lo que esperaba. Una pareja se detuvo a tomarse fotos mientras nosotros nos metíamos en un café escondido entre jardines. Ese batido —hecho con lúcuma, que Mariana llamó “el oro de los Incas”— sabía a caramelo y sol, de alguna manera. Había una brisa en Barranco esa mañana que hacía que todo se sintiera más pausado. Luego paseamos por el mercado de Miraflores; los vendedores nos ofrecían trozos de chirimoya y granadilla, pegajosos y dulces en mis dedos. Alguien se rió cuando intenté pronunciar “aguaymanto”.
El almuerzo empezó con una clase de cebiche en San Isidro —el chef Luis nos mostró cómo cortar el pescado tan fino que casi desaparecía en el plato. ¿Mis habilidades para exprimir limones? No muy buenas, pero nadie me juzgó (Luis solo sonrió y arregló mi desastre). Preparar Pisco Sours fue como un rito de paso; el toque ácido me llegó justo detrás de los ojos, pero de buena manera. Ya por la tarde, nos sentamos en el restaurante Huaca Pucllana con vistas a estas enormes ruinas preincas que brillaban doradas bajo el sol. El vino era local y seco; el postre, algo chocolatoso que todavía recuerdo con cariño.
No esperaba que Lima tuviera sabores tan complejos ni que se sintiera tan relajada —quizá fue la compañía o simplemente que aquí todos parecen realmente orgullosos de lo que te sirven. De regreso por Miraflores, seguía escuchando fragmentos de conversaciones en español e inglés mezclándose como sabores en un plato. Todo se difumina ahora, pero de la mejor manera.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel para mayor comodidad.
Sí, hay una clase práctica de cebiche guiada por un chef profesional.
Sí, las bebidas alcohólicas como el Pisco Sour están incluidas en el tour.
El tour recorre Barranco, Miraflores, San Isidro y Huaca Pucllana.
Sí, se pueden adaptar a dietas vegetarianas o celíacas si se avisa al reservar.
El tour incluye cinco paradas principales en tres distritos.
Todos los espacios y transportes del tour son accesibles para sillas de ruedas.
El almuerzo ofrece platos gourmet peruanos con vino natural local en el restaurante Huaca Pucllana.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel, todas las actividades desde el desayuno hasta el postre (con clases prácticas), degustaciones guiadas en mercados y cafés de los mejores barrios de Lima, bebidas alcohólicas como Pisco Sours y vino natural peruano, además de snacks y comidas completas, todo acompañado por un guía local profesional y con transporte cómodo de vuelta al hotel.
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