Prueba vinos de Central Otago directamente en bodegas boutique con un guía local que conoce cada rincón. Ríe durante el almuerzo, escucha historias del personal de los viñedos y disfruta momentos tranquilos mirando los valles montañosos—y todo con recogida en hotel para que solo te relajes.
Ya estábamos saliendo de Queenstown cuando nuestro guía, Sam, señaló la primera hilera de viñas—tan cerca que casi podías oler la tierra al girar las ruedas. Apenas terminé mi café cuando nos adentramos en Gibbston. El minibús estaba en silencio, salvo por alguna risa suave ante la historia de Sam sobre el “valle de las viñas”. Conocía a todos por su nombre en cada bodega. En la primera parada probé un pinot noir con sabor a cerezas silvestres y un toque ahumado—quizá era el aire fresco o tal vez mi imaginación. Sea como sea, se quedó conmigo.
Lo especial de este tour de vinos en Central Otago es que no hay una rutina fija. Visitamos cuatro bodegas diferentes—una tenía un perro viejo durmiendo junto a los barriles, otra ofrecía una vista al cañón que me hizo olvidar lo que estaba catando. El almuerzo llegó en algún momento (perdí la noción del tiempo), buena comida y más vino del que suelo tomar a mediodía. Al principio éramos desconocidos, pero en la tercera parada ya compartíamos historias de casa y le preguntábamos a Sam si alguna vez se cansa de estas colinas (no, nunca). Hubo un instante en que el viento trajo un aroma herbal intenso de la hierba—todavía lo recuerdo.
Intenté decir “gracias” en maorí en una bodega—seguro que lo dije mal porque Li, que estaba detrás del mostrador, sonrió y me corrigió con cariño. Pero me pareció bien intentarlo. Ya entrada la tarde todo se calmó: luz suave sobre las montañas, voces bajitas. El regreso a Queenstown fue casi en silencio, salvo por alguien tarareando la música que ponía Sam en la radio. ¿Sabes esos días que no valoras hasta después? Este fue uno de ellos.
El tour incluye cuatro bodegas boutique en Gibbston, Central Otago.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Queenstown están incluidos sin costo adicional.
El almuerzo está incluido como parte de la experiencia del día.
Se pueden ofrecer opciones vegetarianas y otras dietas si se avisa al reservar.
Las salidas suelen ser entre las 9:00 y 11:00 AM; te contactarán para confirmar la hora exacta de recogida.
Los niños pueden participar si van acompañados de un adulto; la edad mínima para beber es 18 años.
Un guía profesional local acompaña todo el recorrido y ofrece comentarios en vivo.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Queenstown, transporte en minibús con aire acondicionado, agua embotellada durante el trayecto, todas las degustaciones en cuatro bodegas boutique de Gibbston, un almuerzo relajado con el grupo (opciones vegetarianas disponibles), más impuestos incluidos—todo guiado por un experto local que mantiene el ambiente ameno sin prisas.
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