Recorre tranquilos caminos entre viñedos a tu ritmo, con recogida en hotel y consejos expertos para empezar sin complicaciones. Prueba vinos servidos por familias que conocen su tierra, disfruta del almuerzo o tablas de quesos, y cuenta con apoyo en furgoneta si el clima se complica. Un tour de vino en bici autoguiado en Marlborough que se siente cercano — un recuerdo que perdura mucho después de que tus piernas se recuperen.
Seré sincero: casi me doy la vuelta al ver las nubes sobre Blenheim esa mañana. Pero nuestro conductor sonrió y dijo: “No te preocupes, tenemos paraguas y una furgoneta de respaldo si llueve a cántaros.” Eso marcó el tono: relajado, sin prisas. En Vines Village me dieron un chaleco reflectante (no es mi mejor look) y un mapa lleno de anotaciones — sus bodegas favoritas marcadas en azul. El café del café fue lo suficientemente fuerte para despertarme bien antes de salir tambaleándome en la bici alquilada.
Los primeros minutos fueron puro canto de pájaros y un leve aroma a hierba mojada. No esperaba que todo estuviera tan cerca — en quince minutos pedaleando suave puedes llegar a media docena de bodegas. En una parada, una mujer detrás del mostrador me sirvió algo floral y fresco; me contó que su familia hacía vino allí desde antes de que yo naciera. Intenté pronunciar “Gewürztraminer” y se rió (justo). La palabra clave para esta experiencia es sin duda “tour de vino en bici autoguiado Marlborough,” pero en realidad se sentía más como visitar a los vecinos que tachar una lista.
En algún momento después del almuerzo — que se alargó dos horas porque la tabla de quesos era una locura — empezó a lloviznar. Pero sin estrés; alguien del equipo apareció en la furgoneta con toallas secas y nos ofreció llevarnos a la siguiente parada si queríamos. Terminamos caminando parte del camino bajo un paraguas, con los zapatos chirriando sobre la grava húmeda, pasando entre hileras de viñas que parecían casi plateadas bajo la lluvia. También hay una destilería de ginebra escondida cerca de una de las últimas paradas; la encontré porque otra pareja nos hizo señas (“¡Tienes que probar esto!”). Todavía recuerdo ese gin con toque picante.
Al final de la tarde mi cesta llevaba dos botellas tintineando suavemente (recogen tus compras para que no tengas que cargarlas). Las piernas cansadas, pero de esa manera buena — como cuando realmente te has ganado la copa al final del día. No todos los días salen según lo planeado aquí, pero por eso mismo repetiría sin dudar.
Sí, la recogida y regreso gratuitos están incluidos desde alojamientos en Blenheim o Renwick.
Dispones de apoyo en furgoneta y paraguas; te trasladan entre paradas si es necesario.
Hay más de una docena a menos de 3 km de la base; la mayoría visita entre 4 y 8 bodegas.
Sí, e-bikes, tándems, remolques para niños y asientos para bebés están disponibles como extras de pago.
Sí, hay restaurantes y cafés en la ruta, además de degustaciones de quesos en algunas paradas.
No, el servicio de botellas está incluido: recogen tus compras hasta la recogida.
Una bici de cuadro bajo (o mejora), casco, chaleco reflectante, candado, cesta, mapa con recomendaciones y asistencia en caso de avería.
La edad legal para beber es 18 años; lleva pasaporte si tienes entre 18 y 25 años.
Tu día incluye recogida y regreso en hoteles de Blenheim o Renwick, bicicletas de cuadro bajo (con opción a e-bikes o tándems), casco y chaleco reflectante para seguridad, candado y cesta para comodidad, además de un mapa detallado con recomendaciones locales. También cuentan con servicio para guardar tus botellas compradas y apoyo en furgoneta o bicicletas de reemplazo si surge algún problema durante el recorrido.
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