Recorre las calles menos conocidas de Puerto Vallarta con un guía local, probando siete tacos diferentes (incluyendo pescado y marlín) y un cóctel de agave al caer la noche. Ríe en puestos familiares, descubre sabores nuevos como cabeza o chiles rellenos y siente que perteneces, aunque tu español sea básico.
Alguien me pasa una tortilla caliente — apenas alcanzo a oír el nombre antes de que desaparezca bajo un montón de cerdo marinado. Nuestro guía, Alex, sonríe y nos cuenta que este puesto de al pastor lleva aquí más tiempo del que él tiene de vida. Se escucha música a lo lejos, tal vez a dos calles, y el aire huele a carne asada y limón. Intento imitar cómo los locales exprimen la salsa sobre sus tacos (me la echo por todos lados). Estamos en Emiliano Zapata, pero la verdad, sin Alex me perdería; estas calles se enredan como si quisieran jugarle una broma a los que no son de aquí.
Paramos en un lugar familiar para probar tacos de pescado. El dueño nos mira de reojo pero no quita la vista del sartén que chisporrotea — parece serio hasta que alguien suelta un chiste sobre la salsa picante y todos se ríen. Ese taco está crujiente por fuera y suave por dentro, con un sabor ahumado que no logro identificar. Alguien dice que es marlín — nunca lo había probado. Tiene un sabor más intenso de lo que esperaba, casi como mantequilla. Tengo las manos pegajosas por el jugo de limón y no me importa nada.
Cuando llegamos al Centro, el ruido aumenta — niños corriendo entre las mesas, gente saludándose de un lado a otro. Alex señala un carrito que vende cabeza de res, y dudo un segundo antes de lanzarme. Nos cuenta historias de cada familia que atiende estos puestos; se nota que los conoce de verdad, no está leyendo un guion. En un momento intenta enseñarme a decir “gracias” con el acento correcto — lo arruino por completo, pero a nadie le importa.
La última parada es un barcito donde nos sirven un cóctel de agave — dulce pero sin pasarse, con ese toque ácido que solo encuentras en México. La luz es más suave y todo parece ir más despacio. Todavía recuerdo el primer bocado de al pastor cuando en casa huelo cebolla asada. Si te gustan los tours de comida o simplemente quieres descubrir Puerto Vallarta de noche sin preocuparte por dónde ir o qué pedir… esta aventura de tacos nocturna se queda contigo.
El tour incluye 7 degustaciones diferentes de tacos durante el paseo nocturno.
Sí, al final del tour disfrutarás un cóctel de agave en El Tasting Room.
El tour recorre los barrios Emiliano Zapata, Centro y 5 de Diciembre en Puerto Vallarta.
Probarás tacos de carne asada, al pastor, pescado, marlín, chiles rellenos y cabeza de res.
Debes informar cualquier requisito especial o alergia al hacer la reserva, usando el apartado ‘Requisitos especiales’.
Incluye agua embotellada para que no pases sed durante la aventura nocturna de tacos.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carriola durante el paseo.
Hay opciones de transporte público cerca para llegar fácilmente al punto de inicio del tour.
Tu noche incluye paseos guiados por tres barrios llenos de vida en Puerto Vallarta con siete degustaciones únicas de tacos — como carne asada, pescado y marlín — y termina con un cóctel de agave en El Tasting Room. También te dan agua embotellada para que no te falte nada mientras recorres estas calles animadas.
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