Recorre en buggy los senderos de la selva de Playa del Carmen, nada en un cenote de agua cristalina y comparte con una comunidad maya acogedora. Risas con fruta fresca, momentos reales con locales y aromas y sonidos naturales que te acompañarán. Si buscas algo más que playas, esta experiencia te marcará.
¿Te has preguntado alguna vez cómo huele la selva de Playa del Carmen más allá de la zona turística? Yo tampoco, hasta que nos lanzamos por un camino embarrado en un buggy, las gafas a punto de caerse, y Daniel, nuestro guía, gritándonos “¡agárrense fuerte!” sobre el ruido del motor. El aire estaba denso, como tierra mojada y hojas después de la lluvia, y de vez en cuando llegaba un aroma a flores silvestres o humo que venía de lo profundo del bosque. Pensé: esto no tiene nada que ver con las fotos de los folletos.
Paramos en un cenote que, la verdad, pensé que sería un simple lugar para nadar, pero tenía un aire casi sagrado. La piedra fresca bajo mis pies, el agua tan clara que parecía irreal. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio antes de lanzarnos; hasta Daniel se puso serio. Mi piel siguió sintiendo el frío mucho después de salir. Y luego alguien pasó fruta —¿mango, tal vez?—, dedos pegajosos y risas por quién gritó más al caer al agua.
Pero lo que más me quedó fue la visita al pueblo maya. Los niños nos saludaban mientras llegábamos (una niña pequeña hacía caras a través de la ventana del buggy). Conocimos a la señora Marta, que nos mostró cómo muele el maíz para las tortillas —me dejó intentarlo, aunque seguro lo hice mal porque se rió y negó con la cabeza. No era un show, simplemente gente viviendo su día a día y dejándonos asomarnos un rato. De regreso, con polvo en el pelo y el sol quemándome los brazos, me sorprendí sonriendo sin razón, como si realmente hubiera visto algo auténtico aquí.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos para hoteles seleccionados.
Sí, las familias con niños pueden unirse en buggies de 6 plazas; los niños deben ir acompañados por un adulto.
Se recomienda llevar traje de baño y toalla para el nado en el cenote.
Hay buggies de 2 plazas para parejas y de 6 plazas para familias o grupos.
No se ofrece comida completa, pero sí agua y un snack.
El precio incluye uso del buggy, gafas y bandanas, agua, snack, entrada al cenote, guía y traslados (hoteles seleccionados).
No se recomienda para personas con problemas de columna o salud cardiovascular; embarazadas deben evitarlo.
No, no se permiten viajeros individuales; mínimo dos personas por buggy.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel (hoteles seleccionados), uso de buggy de 2 o 6 plazas con todo el equipo de seguridad como gafas y bandanas que te dará el guía local. Tendrás agua y un snack durante el recorrido, tiempo para nadar en un cenote subterráneo y la visita a un pueblo maya real, todo antes de volver a tu hotel.
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