Estarás bajo el antiguo árbol del Tule en Oaxaca, verás el tejido zapoteco en Teotitlán del Valle, recorrerás las enigmáticas ruinas de Mitla y disfrutarás las vistas de Hierve el Agua antes de catar mezcal auténtico. Prepárate para risas, sabores nuevos y recuerdos que duran para siempre.
“¿Has visto un árbol tan grande alguna vez?” nos preguntó Daniel, nuestro guía, mientras estirábamos el cuello para admirar el árbol del Tule, justo a las afueras de Oaxaca. La verdad, no — era como mirar una pared viva de madera retorcida y hojas verdes, más viejo que muchos países. El aire olía dulce, casi a tierra mojada. Apenas habíamos salido de la ciudad y ya parecía que habíamos viajado en el tiempo.
El camino a Teotitlán del Valle fue tranquilo, solo interrumpido por las historias de Daniel — señalaba pequeños altares a la orilla del camino y nos contó cómo su abuela aún teje alfombras con tinte de cochinilla. Pudimos ver a las mujeres trabajar en esos telares antiguos, sus manos se movían tan rápido que no podía seguirlas. Intenté decir “gracias” en zapoteco y solo recibí una gran sonrisa (y seguro lo dije mal). Los colores en ese taller — rojos de insectos, azules de índigo — tenían una intensidad que no ves en ninguna tienda.
Después visitamos Mitla. Las piedras talladas son impresionantes — patrones geométricos hechos a mano hace siglos. Daniel nos explicó que Mitla significa “lugar de descanso” en zapoteco; realmente se sentía tranquilo, a pesar del sol y los turistas tomando fotos por todos lados. Me apoyé en una de esas paredes antiguas para sentir el frescor de la piedra. Almorzamos en algún momento entre paradas, aunque no recuerdo bien qué comí porque todavía estaba pensando en esos diseños.
Por último, Hierve el Agua. Has oído hablar de cascadas petrificadas, pero verlas en persona es otra cosa: rocas blancas que caen por el acantilado y pozas que reflejan la luz del atardecer. Algunos niños jugaban en el agua mientras nosotros nos sentamos en una piedra cálida con un mezcal de una destilería cercana (ese mezcal ahumado que se queda pegado en la lengua). No esperaba reír tanto probando tantos sabores diferentes — ni sentirme tan pequeño mirando ese valle, solo con el viento y voces lejanas abajo. Aún recuerdo esa vista.
El tour completo dura entre 8 y 10 horas incluyendo todas las paradas.
No incluye comida fija, pero hay tiempo para que puedas comer durante el recorrido.
No se mencionan entradas incluidas; consulta con el operador antes de reservar.
El tour incluye transporte y guía bilingüe, pero confirma los detalles de recogida al reservar.
El tour es accesible para silla de ruedas y los bebés pueden unirse con los asientos adecuados.
Sí, visitarás una destilería auténtica para ver el proceso y probar diferentes mezcales.
Lleva agua, protector solar, zapatos cómodos, gafas de sol, gorra, suéter ligero y cámara.
Tu día incluye transporte en vehículo con aire acondicionado y guía bilingüe por los valles de Oaxaca; seguro de viaje para tu tranquilidad; y tiempo en cada parada para explorar o descansar antes de regresar a la ciudad por la tarde.
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