Recorre el Mercado La Merced con un guía local, prueba tacos y botanas prehispánicas directo de los puestos. Viaja en metro desde el centro, atrévete con chapulines (¡crujientes!) y relájate con una bebida en un barrio artístico para conectar de verdad con CDMX.
Lo primero que me llamó la atención fue el aire dentro del Mercado La Merced, cargado con el aroma a masa y fruta, como si la cocina de alguien se hubiera esparcido por toda una cuadra. Acabábamos de bajarnos del metro (a solo dos estaciones del centro histórico — y aún pensaba en lo rápido que fue) cuando nuestra guía, Ana, nos hizo señas para que nos metiéramos entre la gente. Ella conocía a todos. Una vendedora le pasó un tamal antes de que siquiera saludáramos. Intenté decir “gracias”, pero tenía la boca llena — no fue mi mejor momento.
El ruido del mercado es algo único. No solo es fuerte; son capas de voces, el sonido del metal raspando en las parrillas, radios tocando cumbia detrás de montones de piñas. Ana señaló a una mujer que vendía aguas frescas — elegí una que parecía de sandía pero sabía mucho mejor que cualquier sandía que haya probado en casa. Paseamos por la zona de banquetones probando tacos tan frescos que casi me quemaron los dedos. Alguien se rió cuando probé chapulines por primera vez — salados, crujientes, ¿adictivos? Nunca pensé que diría eso.
Hubo un momento en la sección de frutas y verduras donde el tiempo pareció detenerse — tal vez fue la luz del sol colándose entre lonas de plástico o la forma en que la gente se movía con canastas y bromas en español que solo entendía a medias. Ana nos contó sobre gusanos de maguey e ingredientes ancestrales mientras probábamos cosas que me hicieron replantear qué significa realmente “comida mexicana”. En un punto hicimos una pausa rápida; mis pies lo agradecieron, pero mi estómago ya planeaba la segunda ronda.
Al salir de La Merced, regresamos al centro y terminamos en una zona con murales y cafés que se desparramaban por la banqueta. El tour terminó ahí con una cerveza fría (o café si preferías), más unos dulces que sabían a infancia pero con un toque picante. Mientras me alejaba, no dejaba de pensar en toda la vida que cabe dentro de esas paredes y en lo diferente que se siente la Ciudad de México cuando la recorres comiendo así.
Tomarás el metro dos estaciones desde el Centro Histórico de CDMX hasta La Merced acompañado de tu guía.
Probarás tacos, tamales, aguas frescas, dulces tradicionales mexicanos, chapulines, gusanos de maguey y más ingredientes prehispánicos.
Sí, puedes comer todo lo que quieras: desde un desayuno grande hasta un almuerzo, además de bebidas como agua fresca o cerveza/café al final.
No incluye transporte desde el hotel; el punto de encuentro es en el Centro Histórico antes de tomar el transporte público juntos.
El tour es apto para todos, aunque no se recomienda para personas con problemas cardiovasculares.
Sí, un guía local te acompañará por La Merced y compartirá historias sobre los vendedores y los ingredientes.
Tu día incluye encuentro en el Centro Histórico de CDMX antes de subir juntos al metro hacia La Merced. Disfrutarás degustaciones ilimitadas — tacos, tamales, aguas frescas — y probarás botanas prehispánicas como chapulines o gusanos de maguey si te animas. También habrá dulces tradicionales mexicanos y podrás elegir entre café, cerveza u otra bebida para relajarte en un barrio lleno de vida al final del tour.
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