Sube a tu yate privado en Cabo San Lucas, navega junto a El Arco y colonias de lobos marinos, nada o haz snorkel en aguas cristalinas y disfruta guacamole fresco con barra libre. Con una tripulación local guiándote por la costa de Baja, cada instante es puro relax — solo sol, aire salado, risas y la vista perfecta al frente.
Aún recuerdo ese golpe hueco del agua contra el casco cuando cierro los ojos — así comenzó nuestro día en Cabo San Lucas, pisando descalzos un yate deportivo que parecía mucho más lujoso de lo que había visto antes. La tripulación nos recibió con sonrisas relajadas, y alguien me ofreció una bebida fría antes de zarpar. Quise decir “gracias” pero mi acento les sacó una risa (de esas buenas). El sol ya estaba alto, reflejándose en todo lo blanco y azul.
Navegamos junto a esas formaciones rocosas salvajes en Land’s End, donde los pelícanos parecían jueces en sus perchas y los lobos marinos ladraban tan fuerte que no podías evitar sonreír. Nuestro guía — Mario — señaló El Arco al rodear la punta de Baja; nos contó que los locales lo llaman “la ventana al Pacífico”. Verlo desde el agua lo hace sentir menos postal y más como si formaras parte de un club secreto. Nos quedamos un rato cerca de Playa del Amor, viendo a la gente trepar rocas o descansar a la sombra. El aire olía a sal y protector solar.
No esperaba disfrutar tanto el snorkel. El agua estaba más fría de lo que pensé (grité un poco, no voy a mentir), pero una vez dentro, aparecían destellos plateados por todos lados — un pez rozó mi brazo y casi me trago el snorkel. Al volver al yate, repartieron guacamole con totopos y, la verdad, sabía mejor que cualquier comida de restaurante, solo por estar todos salados y riendo juntos. La barra libre también ayudó.
Todo fue muy relajado — sin prisas, pasando de una vista a otra con snacks que aparecían como por arte de magia. En un momento, Mario preguntó si alguien quería otra margarita; mi amigo dijo que sí antes de que terminara de preguntar. El tiempo se vuelve raro allá afuera — olvidas el teléfono hasta que alguien pide una foto grupal con El Arco de fondo. Sigo pensando en ese cielo dorado mientras regresábamos.
Sí, el crucero es completamente privado solo para tu grupo.
Sí—almuerzo, snacks y barra libre premium ilimitada están incluidos.
El punto de encuentro es en el muelle F de la marina de Cabo San Lucas; no es necesario hacer check-in a menos que quieras pasar por la oficina primero.
El equipo de snorkel está incluido para todos; si necesitas toalla, lleva la tuya.
Sí—los niños deben ir acompañados por un adulto; los bebés pueden ir en cochecito o en el regazo de un adulto.
Sí—el barco es accesible para quienes lo necesiten.
El precio base cubre hasta 4 pasajeros; se pueden añadir más por un costo extra por persona.
Tu día incluye el uso privado de un yate deportivo de lujo que zarpa desde la marina de Cabo San Lucas con barra libre premium ilimitada, almuerzo y snacks servidos por la tripulación durante el recorrido. Todo el equipo de snorkel está incluido para que puedas lanzarte directo a esas aguas claras cerca de Land’s End. También cubren las tarifas del parque nacional—solo avisa si necesitas opciones vegetarianas o dietas especiales al reservar.
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