Tendrás una vista privilegiada de los famosos clavados de Acapulco desde dentro de La Perla, con opción a bebidas o cena completa, sin filas ni preocupaciones por el transporte. Una forma sencilla de vivir de cerca una de las tradiciones más emocionantes de México.
El aire olía a sal cuando bajamos de la van cerca de La Quebrada. Ya se escuchaba el rugido del mar antes de verlo. Nuestro guía, Miguel, un local que parecía conocer a todos, nos hizo pasar sin hacer fila directo a La Perla. El lugar tenía un encanto clásico: luces tenues, madera pulida y ventanas que enmarcaban los acantilados a la perfección. Recuerdo el aroma a pescado a la parrilla que venía de la cocina mientras nos sentábamos junto al cristal.
Podíamos elegir: solo bebidas o cena completa. Yo opté por los tres tiempos—no pude resistirme al salmón del menú. El gazpacho estaba frío y fresco, ideal para la noche cálida. Pero nada me preparó para ese primer clavado. Todo el salón quedó en silencio cuando uno de los clavadistas se paró al borde, con los brazos abiertos. Y de repente saltó—justo así—y se sintió cómo todos exhalamos al unísono cuando cayó al agua allá abajo. Miguel se inclinó y nos contó que estos chicos entrenan años; algunos empiezan desde niños en barrios cercanos.
Sí, al reservar puedes escoger solo bebidas, solo cena o ambas opciones.
Claro, el servicio incluye recogida y regreso a tu hotel o puerto en todas las opciones.
¡Por supuesto! Solo avísanos al reservar y tendremos una opción vegetariana lista para ti.
Tendrás una vista excelente desde dentro de La Perla, junto a grandes ventanas con vista a los acantilados.
Tu experiencia incluye acceso sin filas a La Perla, comida de tres tiempos (o solo bebidas si prefieres), todas las bebidas, transporte ida y vuelta en minivan con aire acondicionado, y recogida y regreso a tu hotel o puerto. Opciones vegetarianas disponibles, solo avísanos al reservar.
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