Montarás en camello por el desierto rocoso de Agafay mientras el atardecer pinta el cielo sobre el Atlas, luego saltarás a un quad para perseguir vistas antes de cenar bajo una tienda bereber. Ríe con té de menta, déjate guiar por locales y disfruta de momentos de paz bajo el inmenso cielo marroquí.
Ya llevaba medio vaso de té de menta dulce cuando nuestro guía, Youssef, sonrió y me entregó una túnica azul — “para el auténtico look del desierto”, dijo. El campamento en Agafay era más tranquilo de lo que imaginaba; solo algunos camellos moviendo los pies en la arena y risas de otro grupo mientras les ataban los pañuelos en la cabeza. Yo luchaba con el mío (Youssef tuvo que arreglármelo), pero la verdad es que llevar esa túnica me hizo sentir como si hubiera entrado en otra historia por un rato.
El paseo en camello fue más lento de lo que esperaba — casi meditativo. Solo se oía el suave crujir de los cascos y el viento rozando la meseta. Las montañas del Atlas a lo lejos, aún con nieve en las cumbres, aunque mis manos estaban calientes sujetando las riendas. Mi camello no paraba de girar la cabeza hacia mí, como si comprobara que no me iba a caer (no lo hice). En un momento paramos justo cuando el sol empezaba a esconderse — todo se tiñó de naranja y rosa, y por un segundo parecía que el tiempo se detenía. Esa imagen se me quedó grabada para siempre.
Después de bajar (un poco torpe), cambiamos a los quads. No soy muy fan de los motores, pero hay algo en seguir tu propio rastro de polvo por colinas vacías que hace olvidar cualquier preocupación que trajeras de Marrakech. Youssef nos llevó a un mirador donde se veía todo el desierto extendiéndose — no es arena infinita como el Sahara, sino más bien rocoso y de un dorado pálido. Luego volvimos para cenar bajo una gran tienda bereber con faroles que se mecían suavemente sobre nuestras cabezas. La comida llegó humeante — tagine, pan recién hecho — y ya era tan de noche que solo se veían estrellas asomando entre las rendijas de la lona. Alguien tocaba música cerca, pero sobre todo reinaba la calma, las charlas suaves y ese olor a humo de la hoguera.
Sí, la recogida en tu alojamiento en Marrakech está incluida.
El paseo en camello dura aproximadamente 60 minutos por el desierto de Agafay.
No, no se requiere experiencia previa; los guías dan instrucciones antes de empezar.
Sí, se sirve una comida tradicional marroquí bajo una tienda bereber después de las actividades.
El tour empieza alrededor de las 15:00 con recogida en tu hotel o riad.
Sí, se entregan túnicas azules y pañuelos estilo Sahara para que los invitados se vistan como nómadas.
Sí, hay asientos especiales para bebés y es apto para todos los niveles físicos.
El trayecto desde Marrakech hasta el desierto de Agafay dura entre 45 minutos y una hora.
Tu tarde incluye recogida en tu hotel o riad en Marrakech, un paseo en camello de una hora vestido con ropa tradicional nómada, alrededor de una hora en quad por las mesetas de Agafay, todas las entradas y tasas incluidas, además de una cena marroquí completa bajo una tienda bereber antes de regresar cómodamente a la ciudad.
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