Si quieres vivir la historia real de Marruecos más allá de Fez, esta excursión privada te lleva a ruinas antiguas, puertas imperiales y pueblos en la ladera, todo acompañado de historias locales y tiempo para explorar a tu ritmo.
El aire de la mañana en Fez siempre se siente un poco fresco, incluso en verano. Nuestro conductor nos esperaba puntualmente a las 9:30 justo fuera de la puerta de la medina vieja. Hay algo especial al dejar la ciudad atrás que te hace fijarte en los olivos y las ovejas que salpican las colinas mientras avanzamos. El camino a Meknes no es largo, unos 45 minutos, pero da tiempo para ver cómo el paisaje cambia de calles bulliciosas a un campo tranquilo. Recuerdo pasar junto a un vendedor ambulante que ofrecía higos; nuestro guía bromeó diciendo que son los mejores de Marruecos cuando se te quedan pegajosos en los dedos.
Meknes tiene su propio ritmo, más pausado que Fez y menos concurrido. Bab el-Mansour realmente parece una postal gigante de mosaicos de cerca, con azulejos que casi brillan bajo el sol. Nuestro guía, Youssef, señaló detalles diminutos en los patrones que yo habría pasado por alto. Las caballerizas reales son enormes, ¡imagina 12,000 caballos! Si te acercas, aún se puede oler el heno pegado a las viejas paredes de piedra. Paseamos por callejones estrechos antes de subir a Moulay Idriss. La subida no es difícil, pero conviene llevar calzado cómodo. Arriba hay una vista amplia sobre casas encaladas y campos verdes; los locales dicen que al atardecer es aún más espectacular.
La última parada es Volubilis. Aunque hayas visto ruinas romanas en otros sitios, estas se sienten diferentes: cielo abierto arriba y flores silvestres creciendo entre las piedras milenarias. Algunos mosaicos están tan bien conservados que puedes distinguir cada pez o pájaro pequeño. Cerca de la entrada hay un pequeño museo con cerámica y monedas encontradas aquí mismo; nuestro guía contó historias sobre cómo era la vida diaria de los romanos en Marruecos hace siglos. Ya por la tarde volvimos a Fez con polvo en los zapatos y demasiadas fotos de columnas y gatos tomando el sol.
No, el almuerzo no está incluido, pero tu guía puede recomendarte buenos lugares locales en Meknes o Moulay Idriss para probar comida tradicional marroquí.
Se camina en cada sitio, especialmente en Volubilis y Moulay Idriss, pero la mayoría del terreno es fácil. Lo mejor es llevar zapatos cómodos.
El vehículo es accesible y la mayoría de las zonas principales se pueden visitar en silla de ruedas, aunque algunas partes de Volubilis tienen terreno irregular.
Incluye vehículo privado con aire acondicionado y conductor todo el día. Acceso para silla de ruedas disponible. También se admiten animales de servicio. Solo trae tu curiosidad y, quizá, un sombrero para el sol.
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