Recorre el antiguo barrio judío de Vilna con un guía local que revive historias olvidadas, descubre restos del gueto de la II Guerra Mundial y visita (si está abierto) la última sinagoga de la ciudad. Momentos tranquilos, detalles sorprendentes y rincones donde la historia se siente al alcance.
“¿Ves esto?” dijo nuestro guía, Tomas, señalando un cartel desgastado en yidis sobre un escaparate en la Calle Judía. “Aquí compraba pan mi abuela.” No me lo esperaba — me hizo dar cuenta de lo reciente que es todo esto. La mañana estaba fresca y olía a lluvia sobre la piedra antigua. Quedamos en las escaleras del Ayuntamiento de Vilna, donde Tomas empezó a entrelazar siglos de historias antes de que siquiera saliéramos de la plaza.
Nos perdimos por callejones estrechos que se escondían tras las vías principales — al parecer, ya bullían de vida en el siglo XVI. Casi podías escuchar ecos si te concentrabas (o quizá era cosa mía). En una esquina está el proyecto artístico “Muros que recuerdan”; rostros y nombres pintados sobre yeso desgastado. Intenté leer algo en yidis, pero abandoné tras dos palabras — Tomas sonrió y dijo que hoy pocos locales lo entienden. La clave de este tour es simplemente caminar con alguien que conoce cada grieta de estas calles.
Nos detuvimos un rato en el lugar de la Gran Sinagoga. Queda poco, solo cimientos y un silencio extraño — parece que la ciudad contiene la respiración ahí. Seguimos hacia la Calle Alemana para un descanso rápido (ya necesitábamos café), y cruzamos lo que fue el Gran Gueto durante la Segunda Guerra Mundial. Tomas nos habló del Vilna Gaon, un erudito famoso cuyo nombre solo había visto en libros. Lo hizo parecer real — como alguien que podrías encontrarte en el mercado si hubieras vivido aquí lo suficiente.
Si quieres, puedes entrar a la única sinagoga que queda por un par de euros (lleva efectivo). No estaba abierta cuando pasamos — era fiesta judía, al parecer — pero incluso desde afuera se nota que la cuidan con esmero. La última parada fue una estatua de un médico conocido por todos; la gente tocaba su mano al pasar, un gesto que, después de todo lo oído, resultó esperanzador. A veces todavía pienso en ese detalle.
El tour comienza en las escaleras del Ayuntamiento de Vilna.
Sí, la entrada está incluida si la sinagoga está abierta; hay una pequeña tarifa en efectivo (2 EUR).
El recorrido cubre varias manzanas alrededor del antiguo barrio judío en el casco histórico de Vilna; la duración varía, pero se estima un par de horas a pie.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos; es apto para todos los niveles de condición física.
Verás restos de los guetos pequeño y grande, carteles en yidis y polaco, proyectos artísticos como “Muros que recuerdan” y sitios históricos relacionados con la historia judía.
Tu día incluye caminar con un guía local por el antiguo barrio judío y los sitios del gueto de la II Guerra Mundial, además de la entrada a la Sinagoga Coral si está abierta (con pequeña tarifa en efectivo). Habrá pausas durante el recorrido y oportunidad de más información en la oficina de información judía antes de terminar cerca del casco antiguo.
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