Te sentarás con una familia acogedora de Beirut, probarás platos libaneses caseros auténticos y escucharás las historias detrás de cada receta. No es solo comer, es compartir tiempo en un hogar lleno de música, risas y sabores frescos directamente del huerto.
Lo primero que me llamó la atención al entrar en casa de Tania fue el aroma: especias cálidas, algo parecido a canela y pimienta de Jamaica que venía de la cocina. Su casa está en una calle tranquila a las afueras del centro, y si prestas atención se oyen los pájaros del jardín. Tania nos recibió con una gran sonrisa y nos presentó enseguida a sus padres. Su padre ya estaba ocupado con unas hierbas frescas que había recogido esa misma mañana—se nota que cuida mucho su huerto.
Empezamos en el salón, donde el piano de Tania está junto a la ventana. Tocó una pequeña melodía mientras su madre servía platos con aceitunas y nabos encurtidos. La conversación fluyó sin esfuerzo—Tania sabe un montón sobre la gastronomía libanesa, pero nunca parecía una clase. Más bien, nos contó anécdotas de sus platos favoritos de la infancia y cómo su madre sigue empeñada en preparar el mujaddara “a la antigua usanza”.
La comida fue mucho más que comer—se sintió como ser parte de su familia por una tarde. Probamos hojas de parra rellenas (perdí la cuenta después del tercero), fasolia w riz, y unas albóndigas increíbles en salsa de tahini que el padre de Tania asegura que saben mejor con los limones de su propio árbol. Hubo arak casero para quien quiso, y fruta fresca del jardín para el postre. Al final, tomamos café libanés bien cargado mientras la madre de Tania sacaba tarros de mermelada que ella misma había hecho—de higo y albaricoque, dulces pero con un toque ácido.
¡Claro! Solo avísanos al reservar si prefieres opciones vegetarianas—la familia de Tania tiene muchos platos deliciosos sin carne que les encanta preparar.
Por supuesto—solo menciona cualquier alergia o preferencia al reservar para que tus anfitriones puedan adaptar el menú.
Sí, todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas y hay asientos para bebés si los necesitas—solo avísanos con antelación.
Si Tania está de viaje, su madre y hermanos serán los anfitriones—son igual de apasionados por la comida y por compartir su hogar.
Tu comida casera privada incluye almuerzo o cena con Tania o su familia, bebidas locales (con o sin alcohol), fruta fresca del jardín, café, mermeladas, impuestos y propinas. Opciones vegetarianas disponibles—¡solo pide!
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